jueves, 4 de abril de 2013
ERMITA DEL ESPÍRITU SANTO CÁCERES
Ermita del Espíritu Santo, situada en la Vía de la Plata.
Sede de la Pontificíc y Real Cofradía del Espíritu Santo.
El Templo fue utilizado por los caballeros de la Orden del Temple, los Templarios; otros afirman, sin embargo, que se trató de una mezquita; mientras que los últimos consideran que fue una sinagoga. No obstante, Carlos Callejo Serrano (cfr. su Cáceres monumental, Madrid, Plus Ultra, 1980, p. 81) define el Espíritu Santo como “el más antiguo edificio religioso de Cáceres”.
El primer testimonio escrito sobre esta iglesia el 19 de marzo de 1342
Esta antigua ermita, hospital ocasional y parroquia en la actualidad, constituye uno de los mejores ejemplos de arquitectura mudéjar en Cáceres.
Sus elementos constructivos más antiguos pertenecen al siglo XIV, aunque ha sufrido modificaciones y reconstrucciones por sus vicisitudes históricas (fue destruida por las tropas francesas y el Empecinado).
EXTERIOR DE LA ERMITA
En el exterior posee pórtico lateral con arcada.
La iglesia posee un pórtico externo con cubierta de madera en el lado de la Epístola, donde se abre el vano de entrada.
Este pórtico tiene cinco arcos apuntados que descansan sobre bloques de mampostería. Tienen unas rejas incorporadas en el siglo XX.
INTERIOR DE LA ERMITA
El edificio, con planta de cruz latina, está hecho de mampostería y ladrillo, como corresponde a una construcción gótico-mudéjar.
El interior está dividido en tres naves por nueve arcos apuntados de ladrillo, siendo los tres centrales más elevados que el resto.
Estos arcos también dividen las naves transversalmente en tres tramos.
La cabecera ochavada y la cubierta es una techumbre de madera.
Destacar también las esculturas que contiene, sobre todo, el Cristo del Humilladero, de gran devoción en la ciudad.
Otro gran arco apuntado, de mampostería, da acceso al presbiterio –con bóveda de crucería–, de mayor altura y construcción posterior al resto del Templo.
Cerca se puede ver el crucero de granito, una cruz sobre columna y plinto de cuatro gradas. Los cruceros se situaban como símbolo de devoción o demarcación de límites en las encrucijadas.
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