domingo, 31 de marzo de 2013
LA CAIDA DE ZAMORA Y LA REDENCIÓN
Paso propiedad de
COFRADÍA DE JESÚS NAZARENO, VULGO CONGREGACIÓN
Su autoría recae en Ramón Álvarez.
Salió en procesión por primera vez en 1866 con sólo tres figuras: la Virgen, el Cireneo y Jesús.
Al año siguiente se añadió el sayón que tira de la cuerda anudada al cuello de Cristo. Fue preciso esperar diez años para ver el paso completo.
Por lo tanto, en 1878 se añadieron las figuras de María Magdalena, el sayón que levanta el puño en actitud de golpear a Cristo y el niño de los clavos.
Este paso está inspirado en cuanto a composición en el cuadro Caída en el camino del Calvario o El pasmo de Sicilia de Rafael Sanzio.
Ha tenido que ser sometido a dos intervencciones de restauración, una en 1954 por Florentino Trapero y otra en 1999 por el taller de Mariano Nieto.
Está compuesto por siete imágenes (dos sayones, el niño de los clavos, Simón de Cirene, Jesús y las Virgenes María y María Magdalena).
Un sayón tira de una cuerda que va atada al cuello de Cristo.
El otro sayón apoya uno de sus pies sobre Cristo y levanta airadamente el brazo haciendo el ademán de golpearle (antaño se le conocía con el apodo de "El Carbonero").
El niño de los clavos, como su nombre indica, es el niño que acompaña a Cristo con los clavos y la maza para clavar a Cristo en la Cruz. Simón de Cirene sujeta la cruz que lleva Cristo.
El rostro de Jesús es uno de los más logrados por el imaginero expresando la serenidad y la angustia de la muerte.
Lleva puesto una túnica de tercioprlo morado bordado en oro y una corona y unas ponencias de plata.
Las dos Virgenes se encuentran detrás de Jesús y muestran el dolor que sienten al verlo soportando el peso de la Cruz.
El paso fue tallado en madera de pino y empleó lino encolado para figurar los ropajes, salvo la imagen de Jesús que la hizo de vestir, tallando únicamente la cabeza, los pies y las manos.
La altura media de las figuras es de 1'50-1'60 metros.
Para los rostros, como acostumbra a hacer este imaginero, tomó como modelos a personas de su entorno, así se dice que el niño de los clavos está inspirado en un niño de la Puerta de la Feria y el sayón en un albañil de San Lázaro.
Además hay una clara referencia a Gregorio Fernández en la concepción de la Virgen y el Cirineo.
El grupo escultórico desfila en la madrugada del Viernes Santo con la Cofradía de Jesús Nazareno.
En una mesa tallada en madera de nogal por Julián Román Alonso, "Alito". Se estrenó en 1976 y es llevada por treinta y seis cargadores.
LA REDENCIÓN
Obra del afamado artista don Mariano Benlliure Gil.
El propio autor lo bautizó como El Redentor camino del Gólgota.
Salió en procesión por primera vez en 1931, y se conservan dos bocetos: uno en barro sin cocer y otro en madera y escayola patinada, que se guarda en el Museo de Zamora. El paso constituye todo una novedad en la tradición imaginera; realizado en madera de tilo de Cuba y en caoba sin policromar, únicamente patinadas al aceite, en él se puede apreciar el rastro de la gubia, sobre todo en el Cireneo.
Benlliure concibió el paso con tres imágenes: Jesús camino del calvario, tallada en tilo de Cuba, Simón de Cirene que le ayuda a cargar con la cruz, y en el suelo en actitud doliente María Magdalena, ambas realizadas en caoba.
Todas las figuras representan tamaño natural: la imagen del Cristo mide 1,82 metros y porta una gran cruz.
Lleva un nimbo de latón no sólo para contemplar la faz del rostro oculto de Jesús, sino también para ensalzar su divinidad.
Al igual que en el paso del Descendido, aquí volvió a recurrir a su familia para que le sirvieran de modelo, así su sobrina le inspiró La Magdalena.
Otra curiosidad es la cruz que está esculpida a hacha.
El grupo escultórico desfila en la madrugada del Viernes Santo en la Cofradía de Jesús Nazareno.
La mesa fue realizada por su discípulo Juan García Talens en caoba de Cuba. Los lados de la mesa presentan las obras de misericordia (visitar al enfermo, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar posada al peregrino, vestir al desnudo, redimir al cautivo y enterrar a los muertos) y las Tres Virtudes Teologales (fe, esperanza y caridad).
Es llevada a ruedas que se colocaron en 1932 y empujada por seis hermanos.
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