ILUSTRE Y VENERABLE CONGREGACIÓN DE NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO Y EL SANTO ENTIERRO
El emblema de la cofradía se compone de cruz latina con la corona de espinas entrelazada en los cuatro brazos, en la intersección de estos un pequeño escudo con el anagrama “J N”, Jesús Nazareno.
IMÁGENES TITULARES
JESÚS EN LA CALLE DE LA AMARGURA
SANTO ENTIERRO
La cofradía tiene sus raíces en la procesión que la Cofradía de la Vera Cruz organizaba el Miércoles Santo en el s. XVII con la imagen de Jesús con la Cruz a Cuestas, que sigue desfilando con dicha cofradía y es conocida como el Nazareno Chico.
Viendo los devotos que acompañaban el desfile el miércoles, sin ser parte de la cofradía, que los cofrades que participaban el Jueves Santo en la procesión de disciplina no acompañaban a la misma imagen de forma decorosa, se integraron en el desfile vestidos de manera similar a estos, con túnica de tafetán azul o morado y soga de esparto al cuello, y cargando una cruz dando ejemplo de penitencia.
Estos devotos que no pertenecían a la Vera Cruz fundaron la Congregación en el Convento de San Francisco el Real, sede de la Vera Cruz, el 11 de noviembre de 1688, siendo refrendada canónicamente el 1 de mayo de 1689 con sede en dicho convento.
La Congregación decidió en 1715 tener su propio paso encargándose la hechura de un grupo de ocho figuras con el momento del encuentro de Jesús con las hijas de Jerusalén
La imagen del Nazareno se encargó a José de Larra Churriguera, desfilando el Jueves Santo de 1716. El grupo se fue completando en años sucesivos con imágenes de distintos autores.
Debido a incorporación del paso propio se surgió una discordia con la Vera Cruz, a resultas de la cual la Congregación fue expulsada del Convento de San Francisco, trasladándose al Colegio de Clérigos Menores de San Carlos Borromeo.
A partir de ese momento la Congregación abandonaría las procesiones de la Vera Cruz, organizando una independiente.
Aun así los litigios con la Cofradía de la Vera Cruz persistían ya que esta Cofradía tenía el privilegio de organizar los desfiles de la Semana Santa en Salamanca, mediante privilegio real concedido por Felipe II, y la Congregación del Nazareno organizaba el suyo propio.
El 24 de marzo de 1724 se firma la Concordia entre las dos cofradías con la intervención del obispo Silvestre García Escalona y caballeros comisionados por la ciudad: la Congregación se reintegraba en los desfiles de la Vera Cruz y ésta aceptaba que en sus desfiles participase un paso que no era de su propiedad.
Ese mismo año se acortó el paso del Nazareno en dos varas reduciéndose el número de figuras de ocho a cinco.
En 1735 se incorporó al mismo la imagen de la Virgen, que fue retirada en 1746 por restar visión al Nazareno.
En 1794 se encargó la actual imagen mariana, tallada por Antonio Hernández sobre dibujo y modelo en barro de Jerónimo García de Quiñones.
La imagen fue policromada por José García Rico y estrenada en 1797.
En 1805 el obispo Tavira refundió todas las procesiones de miércoles, jueves y viernes en la General del Santo Entierro, la tarde del Viernes Santo tras el acto del Descendimiento.
Debido a la extinción de colegios y conventos que se produjo con la Guerra de la Independencia la Congregación tuvo que trasladar sus imágenes al Convento de las Agustinas en 1809, un año después fue disuelta.
En 1811, disuelta la Congregación, las imágenes se trasladaron a la Iglesia de San Julián y Santa Basilisa.
En 1812 se solicitó la restauración de la Congregación que, debido a la guerra, se produjo el 15 de agosto de 1814, estableciéndose definitivamente en la parroquia de San Julián.
Durante el s. XIX y principios del XX la congregación fue la más numerosa de las cuatro existentes en la ciudad.
En 1938 el obispo Plá y Deniel promovió una procesión extraordinaria rogativa con el paso del Nazareno a la Catedral por el fin de la Guerra Civil , que se celebró el Domingo de Pasión.
En 1942 se encargó un nuevo paso a Francisco González Macías representando el entierro de Cristo.
En 1946, a raíz de la recuperación del Acto del Descendimiento previo a la Procesión General, la congregación se planteó, junto con la Congregación de Jesús Rescatado la inclusión de un nuevo paso simbólico compuesto por la cruz con el sudario, indicando que se acababa de efectuar el descendimiento del cuerpo del Señor.
No hay constancia de que este proyecto se llevase a cabo, o por lo menos de que perdurase en el tiempo.
En los años setenta la situación general de la Semana Santa salmantina fue de crisis, dejando de desfilar el paso del Santo Entierro y participando poquísimos hermanos de fila, apenas quince, aun así el paso del Nazareno siguió teniendo cargadores y no fue necesario sacarlo a ruedas, como sí le sucedió a la mayoría de los pasos en la ciudad.
En 1978 empieza la recuperación a raíz de medidas como la equiparación de derechos, antes había distinción entre diputados y hermanos de carga, y el permiso para admitir mujeres vistiendo el hábito de congregante en 1982, anteriormente eran hermanas de devoción.
En 1989 se recuperó para el desfile el paso del Santo Entierro, añadiendo su titulación a la de la Congregación.
SEDE CANÓNICA SAN JULIÁN Y SANTA BASILISA
HÁBITO
Los congregantes visten túnica de cola de holandilla morada con verdugo de la misma tela y color, al cuello llevan cíngulo amarillo y en la cabeza corona de espinas. Desfilan portando una cruz al hombro.
Será la mortaja del hermano que la porta, de ahí el respeto con el que se trata.
Hubo un tiempo en que incluso estaba prohibido expresamente por los Estatutos hacerse fotos y retratos con la túnica.
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