UNA TRADICIÓN DE MÁS DE 30 AÑOS
El Viernes Santo, a las 21 horas salida desde la Colegiata.
Fue sobre el año 1973 cuando el entonces párroco de Covarrubias, Don Rufino Vargas, propuso a sus feligreses la representación de un Via Crucis viviente.
La Pasión del Señor en doce estaciones vivientes.
Crucifixión
El día de Viernes Santo, a las 9 de la noche, la tradicional Procesión del Santo Entierro recorre las principales calles y de más sabor histórico de la Villa y, desde hace 30 años transcurre flanqueada, a sendos lados de su paso, por doce Estaciones de la Pasión, estáticas y mudas, pero vivientes y, lo que comenzó como tímida iniciativa para dar más participación a los jóvenes, se ha convertido en reclamo poderoso que atrae, año tras año, a unas 2.000 personas.
Los ejecutores son chicas y chicos jóvenes que, asesorados por los más expertos en cada Estación, bordan su papel que no excede el tiempo de quince minutos en la hora y media que dura la representación.
El fulgor de los vestidos, el gesto de manos, rostro y pies y, la cuidada luz entre las sombras de la noche, arranca la admiración, el aplauso y, en ocasiones, las lágrimas de la incontable y apretada fila de espectadores.
Al comienzo de la programación, se advierte a los actores que, en cada Estación, han de ser fieles a tres cosas: La Liturgia, la Piedad popular y la estética. Lo asimilan perfectamente y son valoradas por el espectador.
Las Estaciones, siguiendo Textos Evangélicos de la Pasión del Señor, son estas: 1.- Celebración de la Cena.
2.- La Oración del huerto.
3.- El beso de Judas.
4.- Pilatos lavándose las manos.
5.- Jesús con la Cruz a cuestas.
6.- Primera caída con la Cruz.
7.- El Encuentro con su Madre.
8.- La verónica limpia el Rostro del Señor.
9.- Tercera caída del Señor.
10.- El cireneo ayuda a llevar la Cruz.
11.- Crucifixión entre ladrones.
12.- Descendimiento.
La más espectacular de todas es la Crucifixión. Se escenifica en pleno campo flanqueado por los dos brazos de agua del Río Arlanza y sendas hogueras frente a los crucificados que aumenta el color mortecino del Tormento.
Y, la más asombrosa y conmovedora, el Descendimiento junto al Retablo del Altar Mayor de la Colegiata. Mientras lo bajan de la Cruz, espera su Madre de rodillas y enlutada y lo recibe sobre el Altar. De fondo, en silencio activo, se escuchan textos de la Pasión que ponen acento penitente y compungido a quienes contemplan, a oscuras, fijando solo la vista en la escena levemente iluminada.
Termina la representación de la Pasión viviente con el canto de la Salve popular dentro de la Colegiata iluminada, a tope, por todos los focos de sus naves y muros cuyos fulgores preanuncian la inmediata y Gloriosa Resurrección.
http://herrerolanchero.blogspot.com/2009/04/pasion-viviente-en-covarrubias.html
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