Imagen de
La Cofradía del Santo Sepulcro y Santísimo Cristo del Consuelo
Fuera de Semana Santa, en el Museo Nacional de Escultura.
. Lo forman siete figuras. El Cristo, dentro de una hornacina sobre un pedestal a cuyos costados figuran altorrelieves de los doce apóstoles, es un intento de imitar el estilo de Gregorio Fernández, con escasa calidad, copiando el Cristo Yacente de las Angustias, que al principio formaba parte de este paso. El propio José de Rozas costeó los ángeles para completar el trabajo de su padre Alonso, quedando como diputado de la Cofradía.
El primer paso que acompañaron los nuevos cofrades fue el llamado “Los durmientes”, que se conserva en el Museo Colegio de San Gregorio.
Diversas investigaciones señalan que el conjunto era originalmente acompañado por la cofradía de las Angustias, que fue quien lo encargó; más tarde por los seminaristas y finalmente por los miembros del Santo Sepulcro.
El elemento principal del conjunto es el del Cristo muerto, yacente, dentro del sepulcro. Éste es una hornacina de factura clásica, sobria, con columnas de orden toscano y arcos de medio punto entre la base y la cubierta, del mismo estilo, y que dejan al descubierto los espacios intermedios y superior para que pueda contemplarse la imagen del yacente.
El conjunto está formado por siete figuras. La principal es Cristo muerto, obra sin documentar pero cuya autoría se atribuye a seguidores de Gregorio Fernández, que debieron tallarla en el siglo XVII. En las esquinas del sepulcro duermen cuatro soldados romanos que son obra del escultor Alonso de Rozas, realizadas en 1674 y pintadas por Diego de Avendaño; visten armadura formada por casco, coraza y calzones, botas hasta la pantorrilla adornadas por relieves de rostros humanos, y tienen lanzas apoyadas en el cuerpo.
Completan el conjunto dos ángeles salidos de la gubia de José de Rozas, hijo de Alonso, a quien también se atribuye la construcción de la urna, que la realizó hacia 1696. Están de pie custodiando el sepulcro a la cabeza y los pies del Cristo yacente, y mirando hacia el exterior.
Elemento fundamental de este conjunto es la carroza que lo traslada por las calles de la ciudad, obra del escultor y cofrade Francisco Sánchez Medina, que creó una plataforma que encaja perfectamente con el sepulcro salido del taller de Rozas
. Desfiló por primera vez en 1957 sustituyendo a la vetusta plataforma original, que no era otra cosa que un sencillo remolque de camión o carreta. En la construcción de la nueva se utilizaron mármoles, madera de cedro y bronces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario