miércoles, 14 de marzo de 2012

PASOS DEL SANTO ENTIERRO DE ZAMORA






EL DESCENDIDO 1879
 paso tallado por Mariano Benlliure en 1879, 



El paso antiguo de Cristo Descendido era llamado: los Desmayados o paso del Desmayo Nicodemus y Arimatea; también del Cachete, por la posición de algunos de las imágenes; como otros, era de vestir. Aparece nombrado por vez primera en 1699 en el pago de un arreglo.



  El actal paso es la primera obra de Mariano Benlliure, tallada en 1879 cuando sólo contaba con 15 años, en su taller de Madrid.

 Integrado por ocho figuras; Cristo, la Virgen, san Juan, la Magdalena, María Salomé, María Cleofás, José de Arimatea y Nicodemo.
 Representa un Llanto sobre Cristo muerto.
 Las figuras son retrato de los familiares del escultor,José de Arimatea, su padre. La Virgen su cuñada. Su hermano es Cristo



 Para sacar las imagenes de su casa tuvo que tirar un tabique por lo cual  fue desahuciado de su casa

  El 30 de marzo de 1879 llegan las figuras por ferrocarril. Fueron montadas las figuras y se probó el recorrido del paso, bendiciéndose en el centro de la plaza de San Esteban bajo el disparo de 4 docenas de cohetes.
El paso antiguo fue vendido a  un pueblo de la provincia en 1906







  En 1950, será cedido a la Cofradía el paso del

RETORNO AL SEPULCRO

 De Ramón Núñez, tallado en principio para la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias en 1926.




En 1927 la Junta de Fomento de la Semana Santa, antecedente de la Junta Pro Semana Santa actual, decide realzar la procesión de la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias, para ello encarga a D. Ramón Núñez un paso con la escena del retorno de la Virgen y San Juan además de otros Santos Hombres y Mujeres del Sepulcro.

 El precio del paso: 5.000 ptas fue pagado íntegramente por el Gobierno Civil; el dinero procedía de las multas del estraperlo del azúcar.



El 11 de abril de 1927 es recibido por la cofradía y la noche del viernes santo de ese año es sacado por vez primera en procesión.
Tan pronto como hizo su aparición se mereció el apodo de El paso del camello, por la posición que mostraba la espalda de una de las figuras. Además hubo críticas aduciendo que no era apropiado el paso para el tipo de procesión al que se destinó.
 En 1953 D. Florentino Trapero retalla la figura eliminando la antiestética forma que mostraba.


Finalmente en ese mismo año es devuelto por la Cofradía de Nuestra Madre a la Junta Pro Semana Santa.
En 1954 se ofrece a la Real Cofradía del Santo Entierro que acepta encantada el presente.
 Empezó a salir tras la urna, aunque se cambió a la situación actual, anterior a ésta.

 En la década de los 90, habrá dos nuevos intentos de incorporación:

LA PIEDAD
Obra del imaginero sevillano Manuel Ramos Corona estrenada en la procesión de 1995.





 Fue una donación de Caja España cumpliéndose así una vieja aspiración de la cofradía del Santo Entierro.
En el año 2004 el propio imaginero talló una nueva Piedad para sustituir a la realizada en 1995 con la que no consiguió convencer al público zamorano.



 Representa a Cristo muerto sobre el regazo de la Virgen tras el momento de ser bajado de la cruz del martirio.


SAN JUAN Y NUESTRA SEÑORA
Obra del imaginero zamorano Ricardo Flecha Barrio estrenada en la procesión de 1994, aunque muy renovada al año siguiente, constituyen las dos primeras imágenes de un grupo de ocho que representará el Entierro de Cristo.



 En el año 2004 el mismo autor rehizo nuevamente las figuras porque no terminaban de agradar al público de Zamora.


Representa a la Virgen María desconsolada por la muerte del Hijo, tiene fuertemente sujeta la corona de espinas contra su pecho, mientras el discípulo amado intenta mitigar su dolor.



  Ya a inicios del s.XXI, se estrena

LA CONVERSION DEL CENTURIÓN
 obra de Fernando Mayoral.

El escultor Fernando Mayoral Dorado talla en el año 2001 este grupo escultórico que representa una novedosa escena.
 Longinos está a punto de clavar su lanza en el costado de Jesús ante la presencia de la virgen María, Magdalena y Juan.



 El Centurión parece comprender la muerte del Hijo de Dios en el momento en que el autor representa la escena.

  Es curioso el hecho de que la cruz, que antes levantaba más, hubo de ser acortada para permitir su paso por el portalón del Museo de Semana Santa, de ahí la relativa cercanía de los pies de la figura de Jesús al montículo del Calvario.



En la procesión del Santo Entierro durante el recorrido de ida a  la Categral, desfila



EL CRISTO DE LAS INJURIAS



 No hay que olvidar tampoco que en el recorrido de ida a la Catedral, desfila el Cristo de las Injurias, quedando ya en el Primer Templo diocesano.
 Los hermanos visten túnica y caperuz de terciopelo negro con el anagrama de la Cofradía al cuello

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