martes, 1 de marzo de 2016

MIERCOLES SANTO EN MARBELLA

PROCESIÓN DEL NAZARENO

 

REAL ILUSTRE Y VENERABLE HERMANDAD SACRAMENTAL DE NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO, MARÍA SANTÍSIMA DEL MAYOR DOOR Y SANTO SEPULCRO

El pueblo acompaña en número muy amplio al Nazareno en su largo recorrido. Tras la injusta condena «cargando con la cruz, salió al lugar llamado 'La Calavera', que en hebreo se dice 'Gólgota'». En esa cruz, van todas las maldades humanas cometidas a lo largo de toda la historia. En esa cruz, van nuestros dolores, sufrimientos y penas. Sobre los hombros de Jesús colocaron, colocamos todos, la cruz. La cruz de Cristo es bien diferente de las cruces de adorno, poder y honor que nos colocamos los hombres y mujeres; es cruz pesada, dura, hiriente. Jesús la toma y la lleva hasta que no puede más.
El peso, el agotamiento lo pueden hasta vencerle. Necesitará un cirineo; como lo necesitamos todos nosotros para nuestras cruces. Pero nuestro cirineo es Él. Pero pensemos que debemos ser cirineos para tantos que junto a nosotros llevan su cruz, hasta quedar extenuados. Y esperan una mano amiga, unos brazos que le animen y ayuden a llevar su cruz o sus cruces.

 No basta acompañar la imagen de Jesús camino del Calvario; acompañemos a tantos que se ven obligados a llevar su cruz: la cruz de su enfermedad, de su soledad, de sus penas.

Ser cirineo no es rehuir la cruz del hermano, es ser solidario del hombre necesitado, que nunca dejemos abandonado al hermano que nos necesita. Muchos, incontables, acompañando al Nazareno; que también sean muchos los dispuestos a arrimar el hombro ante las necesidades y dolores del prójimo.

Pero sobre todo, allí está su madre, nuestra Señora del Mayor Dolor. Ella, decidida y valiente, acompaña en aquel valle de amargura a su hijo.

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