jueves, 28 de marzo de 2013

PASOS DE NUESTRA SEÑORA DE LA ANGUSTIA Y SOLEDAD DE LEÓN

FUNDADA EN 1578 EN LEÓN

LOS ATRIBUTOS
 Francisco Javier Santos de la Hera (1988) Braceros:84

Primero de los Pasos que procesionan en el Santo Entierro.
Paso de los Atributos. Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad. León. Foto G. Márquez
 Iconográficamente representa y sintetiza los elementos con los que Jesucristo fue maltratado durante su pasión y con los que venció al dolor y a la muerte por todos nosotros.

 Consultando documentos históricos, como el de la Concordia, vemos cómo desde 1889 estos elementos eran portados por hermanos legos de los conventos y más adelante por seminaristas y sacerdotes del Seminario Mayor de San Froilán.


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Los elementos que por aquella época se procesionaban fueron obra de un pintor llamado Alberto González, según acta de la Junta de 25 de febrero de 1890.

Es un grupo alegórico compuesto por dos Ángeles pasionarios; uno con una corona de espinas y otro con un cáliz, ambos al pie de la Cruz. En el conjunto se representan el resto de los atributos de la Pasión de los que algunos debían ser mostrados por otros tres Ángeles que no llegaron a realizarse. La obra escultórica fue entregada en 1988 por su autor, Javier Santos de la Hera.


Así participaban en los cortejos fúnebres de Viernes Santo de Nuestra Cofradía, hasta que en 1973 y de la mano del seise Andrés Garrido García surgió el primer proyecto de realizar un paso con la temática de Los Atributos de la Pasión. Dicho proyecto vio la luz en el Santo Entierro de 1980 y fue su artífice el escultor leonés D. Manuel López Becker.


No obstante, rápidamente se vio la necesidad de realizar un paso más ambicioso  y encomendó el proyecto al escultor madrileño D.Javier Santos de la Hera.

 El nuevo Paso de Los Atributos procesionó por primera vez en 1988 de modo completo, siendo modificado en 1999 quedando como hoy todos lo conocemos.

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El grupo es portado por sus braceros sobre un trono finalizado en el año 2000 por Antonio Fernández Borrego y rematado en sus cuatro esquinas con faroles realizados en el taller de orfebrería de Orovio de la Torre en Ciudad Real, también incorporados en el año 2000.

LA SAGRADA LANZADA
 Manuel Hernández León (2002) Braceras: 96

En el año 2002 la cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad estrenó en la procesión del Santo Entierro el paso de misterio de la Sagrada Lanzada compuesto por dos figuras, aunque de gran volumen, en representación del momento en que el soldado romano Longino, a caballo, y tras clavar su Lanza en el costado del Crucificado, experimentó el milagro de reconocer al Salvador exclamando "En verdad éste era el Hijo de Dios".

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El misterio resuelto por el sevillano Manuel Hernández León resulta de grandes dimensiones tanto en el Santo Cristo como en el caballo representado con un gran movimiento. El animal de gran dinamismo es acompañado del mismo modo por su jinete, un Longino asombrado con semblante de gran perplejidad y piadoso arrepentimiento.



 El paso es pujado por las hermanas de la cofradía, uno de los motivos por los que no se ha completado el misterio en su proyecto original, sobre unas andas que recuerdan las mesas de los pasos barrocos realizados en Valladolid que del mismo tema iconográfico se conservan en Sahagún y Medina de Rioseco.

La Cruz en madera tallada, arbórea, policromada y de tres metros de altura, no está ahuecada, lo que añade un grado más de sacrificio y penitencia a sus 96 aguerridas braceras en la noche del Viernes Santo por las angostas calles del viejo León.

 El paso fue bendecido y presentado en el patio del Palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación de León, en la Cuaresma de 2.002, en un emotivo y multitudinario acto, presidido por el entonces Abad Hno. Carlos Jiménez Villegas, que dirigió unas palabras a las autoridades, hermanos y público asistentes, finalizando el acto con una actuación de nuestra Agrupación Musical.

SANTO CRISTO

 Escuela Vallisoletana (S. XVI) Braceros: 84

La talla del Santo Cristo es de autor y época desconocidas, aunque tradicionalmente se ha venido atribuyendo a la escuela vallisoletana del siglo XVI, se cree que procede del retablo del desaparecido Convento de Santo Domingo el Real

. Es una escultura de bulto redondo de un tamaño ligeramente menor al natural, se trata de una talla con un claro afán naturalista en la que se pone el acento en el estudio anatómico con un gusto por el detalle que se materializa en una representación marcada de cada uno de los músculos y tendones de la anatomía, en especial en el potente torso.

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 Es una imagen armónica y proporcionada que se adapta a un canon estilizado.

 Su iconografía se ajusta a los modelos impuestos durante el renacimiento y que con ligeras modificaciones perdura durante el barroco: crucificado con los brazos por debajo de la horizontal, tres clavos, yaga en el costado, cabeza caída hacia la derecha, corona de espinas tallada y los ojos entornados en el momento de la muerte.

 En 1941 los Padres Capuchinos incorporaron a su procesión del Silencio del Miércoles Santo el Santo Cristo de la hermandad de las Angustias, para acompañar al Nazareno del Dainos en la recién creada procesión del Silencio y en sustitución del Cristo de los Balderas, que había salido en la de 1940, cuando se inicia la historia del cortejo.

En la procesión del Santo Entierro de 1942 la hermandad de las Angustias comenzó a contar con éste Crucificado que se encontraba en lo alto del retablo que la cofradía tenía, y tiene, en la iglesia de Santa Nonia, según se describe en la Guía Artística de León en 1925.



 El trono sobre el que procesiona en la actualidad está fabricado en madera sobre la cual aparecen apliques de orfebrería.
 Fue diseñado por el Hno. Marcelino González Montiel y realizado en los talleres de la Orfebrería Maestrante de Sevilla. Fue estrenado en el año 1998.
 Como curiosidad, es destacable que este paso es pujado, en su mayoría, por braceros de gran altura, rondando lo más bajos el 1,75m.

Esto, con la antigua configuración del cableado de la ciudad, unido a la altura de la Cruz, 2,65m, provocaba que el paso tuviera que ser bajado “a brazo” durante al menos una docena de veces a lo largo de la procesión.

Actualmente esta circunstancia casi ha desaparecido con las reformas que se han producido en el caso histórico de la ciudad de León.

 Muchos son los sentimientos que suele provocar esta imagen a su paso por las calles leonesas. Algunas de ellas aparecen reflejadas por un maestro del Siglo de Oro Español como es Lope de Vega en su poema "A Cristo en la Cruz":

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