SU HISTORIA QUE SE REMONTA AL SIGLO XVIII
El Via Crucis más destacado en la tarde del Viernes Santo es el del Coliseo romano presidido por el Santo Padre.
La Arciconfraternità del Gonfalone había empezado a hacer representaciones sacras de la Pasión de Cristo, y había construido sobre las gradas del Coliseo de Roma una capilla dedicada a Nuestra Señora de la Piedad, con una cripta adyacente en la que habitaba un ermitaño, custodio del lugar.
Éstas representaciones crearon muchos oroblemas porque eran tachadas de provocar desórdenes públicos.
Por voluntad de Clemente XI (1700-1721), se erigió un viacrucis en la cávea del Coliseo en 1719.
Había también una iglesia dentro de la arena: Santa Maria della Pietà, restaurada por Benedicto XIV en 1743.
En este estado de cosas, surge la figura de San Leonardo de Porto Mauricio (1676- 1751), franciscano genovés que intentó a través del Via Crucis reavivar la piedad católica enfriada por el jansenismo y el racionalismo.
De España le venía su fervor por el viacrucis: “Habiendo sabido, por religiosos españoles que me informaron, que en España se erigían los Vía crucis con gran provecho para las almas, se me encendió el espíritu de un ardiente deseo de procurar un tan gran bien para Italia”.
A su iniciativa, el Papa Benedicto XIV nombrado, tras declarar este anfiteatro lugar sagrado por la sangre de los mártires, hizo levantar en torno a la arena catorce edículos con las estaciones del viacrucis rematadas por cruces de leño basto para sustituir a las que había ruinosas, bendecidas el veintisiete de diciembre de 1750, Año Santo.
Estas 14 estaciones fueron eliminadas por las excavaciones arqueológicas en enero de 1874
La Venerabile Archiconfraternita degli Amanti di Gesù e Maria, llamada de la Via Crucis, tenía como misión practicar aquí el devoto ejercicio del viacrucis procesionalmente todos los domingos y viernes, los días de carnaval, Miércoles y Jueves Santo y otras festividades del año, así como mantener las hornacinas y sufragar su iluminación de aceite y cera.
Poseía una capilla propia desde donde se encaminaba el cortejo penitencial por la Vía Sacra al Coliseo.
En 1964 el Papa Pablo VI restableció la tradición del viacrucis en el Coliseo en la tarde del Viernes Santo, continuando hasta la actualidad.
Cada año diferentes miembros de la Iglesia se encargan de las meditaciones y oraciones que se rezan durante el viacrucis.
JUAN PABLO II
Via Crucis 2002
EN EL 2004
Juan Pablo II entrega la cruz al cardenal Ratzinger, ahora Benedicto XVI. El que fuera prefecto para la Congregación para la Doctrina de la Fe fue el más fiel colaborador de Juan Pablo II.
2005
Fue presidido por el Cardenal Ratzinger.
Juan Pablo muy enfermo siguió el Via Crucis desde su Capilla
"Me siento espiritualmente con vosotros en el Coliseo, un lugar que me trae tantos recuerdos y emociones, para celebrar el sugestivo rito del vía crucis"
EDITACIONES Y ORACIONES
DEL CARDENAL JOSEPH RATZINGER
http://www.franciscanos.org/oracion/vcruz2005.htm
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