sábado, 27 de mayo de 2017
CRISTO DEL PERDÓN Y MARÍA SANTÍSIMA DE LA MISERICORDÍA DEL PUENTE DE VALLECA
El viernes de Dolores
salió por séptimo año la procesión del Cristo del Perdón y María Santísima de la Misericordia.
Los dos titulares en un mismo paso
La dirige una hermandad de jóvenes que se preparan a conciencia durante varios meses para que la procesión sea un momento de devoción y de fe.
Al ritmo de la banda, el Cristo del Perdón avanza por las calles de Vallecas.
Fueron tres horas donde descubrí un rostro de mi barrio de Puente de Vallecas al que no suelo estar acostumbrado. Al paso del Cristo (y de la Virgen de la Misericordia) mucha gente se asomaba al balcón.
Encontraba personas que nunca había visto en mi vida. Todos, vecinos del barrio. Se santiguaban y rezaban. A los niños les hacían la señal de la cruz.
Un silencio profundo envolvía el paso.
Al pasar por una iglesia evangélica, se veía a muchos asomados y sacando fotos.
Mientras Cristo pasaba, la gente tenía una experiencia religiosa cuyo alcance nunca se podrá medir. La gente conectaba perfectamente con el dolor de Cristo y de su Madre.
Se sentían comprendidos y acompañados en sus fatigas. Estoy seguro de que ha hecho más esa procesión que muchas catequesis y homilías. Solo Dios lo sabe. Al terminar, uno de los costaleros decía satisfecho –y todo sudado–: «Hemos hecho una evangelización». No puedo estar más de acuerdo.
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