domingo, 4 de octubre de 2015

EL CRISTO DE MENA DE MÁLAGA



EL CRFISTO DE LA BUENA MUERTE O EL CRISTO  DE MENA

Titular de


Pontificia y Real Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas y Nuestra Señora de la Soledad (Mena)

Son las advocaciones de Cristo que surgen de una talla de Cristo crucificado original de Pedro de Mena datada aproximadamente en 1660, y que se conservó en la Iglesia de Santo Domingo de Málaga hasta su destrucción.


 Considerada una de las obras más singulares del escultor imaginero granadino por estar esculpida a tamaño mayor que el natural (característica poco común en las tallas de Mena), sufrió varios ataques y mutilaciones antes de ser definitivamente destruida en 1931 durante la quema de iglesias y conventos de Málaga del 11 y 12 de mayo de ese mismo año.

De la talla original sólo se conserva parte de una pierna, rescatada durante la quema por el artista Francisco Palma García y expuesta en el Palacio Episcopal, y un pie, que lo custodia la Congregación del Cristo de Mena.
 Estas secciones de la talla fueron agrupadas tras la quema por Narciso Díaz de Escovar, académico de Bellas Artes de San Luis que, en una carta al escritor malagueño Miguel Ruiz Borrego describía los hechos diciendo: "(...) El Cristo de Mena que se creía salvado, pues lo escondieron entre paños unos hermanos en un almacén, se quemó luego. Han aparecido los carbones. Palma salvó una pierna y mi sobrino tiene un pié casi carbonizado, pero se ve el hueco del clavo y se conservan dos dedos. El San Juan de Dios de Santiago, la Dolorosa de los Mártires, la Virgen de San Pablo, el Señor del Puente, la Exaltación... todo quemado. Hoy me han dicho que en la Trinidad quemaron todas las imágenes y por tanto habría perecido la magnífica Virgen de la Paz de Ortiz y el notable San Onofre, escultura del siglo XV."


 Con el Cristo de la Buena Muerte y Ánimas fueron quince las tallas de Pedro de Mena destruidas durante la persecución religiosa de la II República en Málaga.


 La imagen del Santísimo Cristo de Mena, como la conocemos hoy en día, fue esculpida en 1941 por Francisco Palma Burgos, inspirándose en la imágen original de Pedro de Mena.

La imagen del Cristo de la Buena Muerte y Ánimas fue bendecida en 1942, año en que se produjo su primera salida procesional, en una etapa difícil y de reconstrucción de la Semana Mayor malagueña, tras los tristes sucesos de mayo de 1931 en que la talla primigenia desapareció y supuso un antes y un después para la mayoría de las corporaciones nazarenas

. La escultura, que costó 30.000 de las antiguas pesetas y sufragadas por un grupo de congregantes, es una reinterpretación del original, como si el escultor Pedro de Mena hubiera guiado las manos de Palma desde el cielo.

 Es lo que algunos han llamado la recreación admirable de lo único, la recreación del Cristo de Mena, aunque no es una copia exacta.

 Las diferencias entre ambos Cristos son obvias: el de Palma presenta unas proporciones un poco más grandes, la pierna izquierda descansa sobre la derecha (en el de Mena es al contrario), tiene los cabellos de forma distinta y el anudado del paño de pureza lo tiene en el lado derecho, mientras que Mena lo talló en la parte izquierda.


 Pero en líneas generales coinciden la plástica de la escultura y el tamaño de los brazos, que son más cortos con respecto al resto de la imagen. A pesar de todo ello, el Cristo continúa llamándose de Mena recordando al que desapareció, y que dio y da nombre y se le conoce popularmente, desde sus orígenes, a esta cofradía.

El rostro del crucificado de Palma representa la muerte personificada.



 Tiene la boca entreabierta y se le aprecian los detalles de los dientes y la lengua. Por las sienes cae la sangre de la corona de espinas (que un congregante elabora cada año y que se le impone antes de la salida procesional) hasta empapar y enlazar los cabellos rizados.

Las manos y los pies, desfigurados. Los brazos y las piernas están amoratados. Los ojos inertes. El reguero de sangre fluye por todo el cuerpo, del mismo modo que el que mana de la herida del costado derecho. Cristo pende de una cruz arbórea yerto, aunque su cuerpo, de complexión fuerte, irradia amor.



Todo está consumado. Una imagen que impresiona, que impacta. Todo una lección de anatomía, según describe el doctor Aurelio Díaz en su estudio anatómico de la talla, que es de estilo neobarroco.



  Recibe culto en la iglesia de Santo Domingo







 Vinculado a la Legión Española desde 1921, a partir de 1960 se impulsó que cada acuartelamiento de la Legión tuviera una imagen de esta advocación, por lo que existen otras tallas similares.


Procesiona el Jueves Santo

El conjunto de esta representación pasionista lo completa la figura de María Magdalena, que arrodillada, llora desconsolada a los pies del Santísimo Cristo.


 No puede comprender como Jesús ha acabado en la cruz. También obra de Palma Burgos en 1945, forma el Calvario tradicional anterior a 1931 y presenta una larga cabellera suelta sobre la que circunda una aureola.

 En 2006 fue restaurada por Estrella Arcos, que llevó a cabo una profunda labor para devolverle todo su esplendor original.



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