martes, 17 de marzo de 2015

EL CACHORRO TRIANA


SANTÍSIMO CRISTO DE LA EXPIRACIÓN   "EL CACHORRO"

Cristo expiración 002.jpg

TITULARES  HERMANDAD DEL CACHORRO DE TRIANA

Se trata de una excepcional talla de madera policromada, de 1,89 metros de altura, realizada en el año 1682 por Francisco Ruiz Gijón.

 Esta obra está considerada por valoración unánime como el último gran Crucificado de la imaginería sevillana, que cierra así una espléndida trayectoria artística que va desde el clásico manierismo hasta el más expresivo barroco.

 La imagen fue contratada el 1 de abril de 1682 por la Cofradía y Hermandad de la Expiración de Cristo y Nuestra Señora de la Paz, de la ermita de Nuestra Señora del Patrocinio a Ruiz Gijón.
En dicho documento el artista se comprometía a tallar un Cristo expirante en la cruz, justo antes del momento de su muerte.

Así surge este Crucificado, de labios entreabiertos y resecos que se levanta sobre sus pies clavados. Su tratamiento anatómico refleja el momento de agonía que trata de escenificar, con el vientre hundido, tórax hinchado, crispación en las manos, músculos de piernas y brazos tensos, y un rostro donde ya asoma la muerte en esa mirada perdida al cielo.


FOTO MARÍA FERNANDEZ

 Con una técnica impecable, el ágil y certero manejo de la gubia logra efectos sorprendentes en esta talla; así, el paño de pureza formado por tres trozos volados y recogidos mediante un sencillo cordón en la cintura incrementa su ritmo ligero y ascendente, al tiempo que cubre de forma mínima la desnudez del Cristo.


 El apodo de "Cachorro" ha sido tradicionalmente motivo de distintas interpretaciones, siendo una de las más extendidas la que hace referencia al modelo tomado por el artista, y que respondía a este mote: un gitano de las Herrerías que murió de forma violenta y con el rostro crispado por el dolor de la agonía, donde el autor pudo tomar los apuntes necesarios y que buscaba para pasarlos a la imagen de la Expiración que esta realizando.



La talla fue posteriormente restaurada por el médico y escultor Agustín Sánchez Cid, quien en 1940 arregló ensambles y creó una nueva cruz arbórea, encargándose Juan Miguel Sánchez de reencarnar las zonas dañadas.


 Solo cinco años más tarde el mismo Sánchez Cid aclaró la encarnadura y dos años después resanó algunas partes apolilladas.

 Más importante fue la restauración llevada a cabo tras el incendio ocurrido en la capilla del Patrocinio el 26 de febrero de 1973, cuando se destruyó la Dolorosa y el Cristo de la Expiración sufrió serios desperfectos en el costado y la pierna y talón derecho, así como su encarnadura que quedó completamente ahumada.


 La restauración fuenentonces llevada a cabo por los hermanos Cruz Solís entre los meses de junio y septiembre de ese mismo año.

Si existe un Cristo que rivalice en fervor popular en Sevilla con el Cristo del Gran Poder este es el Cristo de la Expiración, el Cachorro. Recibe culto en la Basílica del Patrocinio








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