MARÍA COMO MUJER SEVILLANA CON MANTILLA
En el año de N.S. de 1753, la esposa del Asistente de la Ciudad (Dña. Rafaela Bazán), se presentó a uno de los actos de la ciudad luciendo una rica mantilla de encajes sobre la cabeza en vez del tradicional manto.
Esperanza de Triana
Eso produjo gran revuelo en la ciudad, siendo la dama tachada de "liviana y deshonesta"; aunque rápidamente arraigó en la ciudad entre las otras damas.
La mantilla a partir de entonces tomó carta de identidad, siendo simbolo distintivo del atavío de la mujer sevillana.
La mantilla de blonda forma parte integral del atuendo normal de las vígenes, con la cual se rodea el rostro de la Vírgen en armoniosos pliegues.
Es todo un arte por el cual "vestidores/as" visten a las distintas vigenes con un estilo peculiar e inconfundible, formando parte de la identidad propia de las virgenes y el patrimonio inmaterial de las hermandades.
La Virgen fotografiada con mantilla es otra cosa, nos representa a una María sencilla, como cualquier mujer ataviada con mantilla a la antigua usanza para ir a Misa.
Macarena
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