Calles trianeras la circundan por los cuatro costados.
Una de las primitivas parroquias instauradas en Sevilla tras su conquista en 1.248 por Fernando III fue la de santa Ana que, además, era la única que se encontraba fuera de las murallas de la ciudad.
Su primera ubicación fue el castillo de san Jorge, sede de la Inquisición, al otro lado del río, en el arrabal de Triana.
En 1.266 tiene lugar, por intercesión de la Madre de la Virgen según cuenta la leyenda, una mejora ostensible de la enfermedad ocular que padecía el rey Alfonso X, por lo que ordena que se le levante un templo, el primero de nueva construcción tras la reconquista (el resto de las 25 parroquias iniciales se adaptaron a mezquitas ya existentes).
Al encontrarse fuera de la zona amurallada, la edificación inicial estaba fuertemente fortificada, conservándose de esa época las almenas en alguna de sus cubiertas.
Iglesia conocida por los trianeros como "Seña" Santa Ana.
Agradeciéndole su actuación milagrosa, erigió este monumento, que además está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1931, en honor a su Señora Madre: Santa Ana.
Se denomina la «catedral» de Triana, y posiblemente lo fue, ya que se dice que tal vez fue sede de un obispo y pudo ser Catedral.
Se empieza aconstruir en 1276 y queda terminada a principio del siglo XIV, 1350, cuando se colocó la mencionada inscripción; algo más tarde se levanta la torre, durante la primera mitad del mismo siglo, siendo reedificado luego todo el edificio, probablemente deteriorado por los daños ocasionados por el terremoto de 1355.
LA TORRE
Poco después de la finalización de las obras se construye la torre, que en principio solo estaba unida a la primitiva iglesia por una arista.
La torre se encuentra algo desplazada del cuerpo de la iglesia y puede fecharse hacia la primera mitad del siglo XIV, como prueban sus arcos polilobulados enmarcados en alfices.
El primer cuerpo es de estilo mudéjar, con arcos ciegos tanto polilobulados como de herradura.
El campanario primitivo fue derribado en el siglo XVII, añadiéndose entre 1.623 y 1.630 los dos cuerpos superiores abalaustrados, con revestimientos de azulejos azules, rematándose todo con un chapitel ochavado revestido de cerámica blanca y azul.
En la construcción del templo intervinieron maestros canteros burgaleses y alarifes musulmanes. Los materiales usados fueron el ladrillo, la piedra (para las portadas, las zonas nobles y las bóvedas góticas) y la madera (para las cubiertas).
Como es habitual en las iglesias de la época, el edificio cuenta con tres portadas, labradas en piedra.
PORTADAS DE LA IGLESIA
En lo que respecta a su fisonomía, las tres se construyen en piedra, sobresaliendo del resto de la fachada de ladrillo y se decoran alternando la piedra con enlucidos policromados en colores albero, rojo y blanco.
1 La portada del Evangelio.
Es la que conserva más fielmente sus primitivos caracteres propios de la transición del estilo románico al gótico,
Es la única que conserva su diseño gótico-mudéjar; presenta numerosas arquivoltas, las dos exteriores sin abocinar y adornadas con puntas de diamante, y las interiores abocinadas y de anchura doble.
Las arquivoltas apean sobre jambas con capiteles, decorados con motivos vegetales, y basamento común. Escudo de Castilla
Sobre el tímpano luce un dintel con dieciséis cabezas de león labradas que sostenían un tejaroz ya desparecido.
2 La portada de la Epístola.
Es mucho más sencilla, con tres arcos ojivales sobre pilares lisos y capiteles de moldura.
Se encuentra muy reformada, está construida en ladrillo y se compone de tres arcos apuntados que arrancan de una imposta sin decoración alguna.
3 La portada Principal.
está aún más reformada, con forma adintelada, dividida en dos cuerpos de estilo neoclásico.
El inferior muestra dos columnas junto a las jambas que sostienen dos frontones, el de abajo partido y el superior completo. El superior está algo más adornado, con un óculo en el centro y frontón arriba, rematado por jarrones de cerámica.
IGLESIA
Toda la construcción de la iglesia se realiza en ladrillo, el material propio de la zona, quedando relegada la piedra sólo a los nervios y los arcos; la portada, las columnillas y las ménsulas.
En sus revestimientos alternan los colores albero, blanco, y rojo de la pintura y el azul de los azulejos vidriados. Su decoración es austera circunscribiéndose los elementos decorativos a las tres portadas y a la parte superior de las fachadas
La iglesia es de planta rectangular, sin crucero, con tres naves de cinco tramos cada una, siendo la central más alta y ancha que las laterales, terminando las tres en capillas poligonales.
Las naves están separadas por arcos apuntados que se apoyan sobre pilares cruciformes de ladrillo, en tanto que los nervios descansan sobre columnas, con capitel antropomorfo, adosadas a las pilastras.
Las cabeceras de las naves terminan en capillas poligonales, de las cuáles la correspondiente a la central es de mayor tamaño que las laterales, al encontrarse precedida por un tramo rectangular, y presenta un ligero esviaje respecto al eje central de la planta.
Tanto en la nave del Evangelio como en la de la Epístola se abren capillas, cuatro en cada una de ellas, a las que hay que añadir las tres ubicadas en las cabeceras poligonales que rematan las naves.
Los daños producidos por el terremoto de 1.355 obligaron a reconstruir el templo que, además conocería sucesivas ampliaciones a finales del siglo XV (Capilla del capitán Monte Bernardo), en el siglo XVI (Capilla Sacramental) y a principio del XVII (capilla Bautismal).
Como en otras muchas iglesias sevillanas, el otro gran terremoto, el de Lisboa en 1.756, provoca graves daños en el templo, que es remodelado por Pedro de Silva, quien sustituyó las bóvedas en ruinas de los pies del templo y abrió diez ventanas para aumentar la luminosidad del recinto, modificando además de forma sensible las portadas.
Atrio de la portada del Evangelio
En 1.920 se restaura la portada gótica del Evangelio y, en 1.972, el arquitecto Rafael Manzano lleva a cabo una completa restauración del edificio.
Durante siglos, la iglesia de santa Ana fue a Triana lo que la catedral era a Sevilla. Hasta el siglo XIX, fue destino de la estación de penitencia de las hermandades del barrio de Triana que procesionaban en Semana Santa, en tanto que las de la otra orilla del río se dirigían a la catedral.
En 1.830, la hermandad de Nuestra Señora de la O fue la primera en cruzar el puente de barcas para hacer estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, a lo que en años sucesivos se sumarían el resto de las hermandades trianeras. El puente de Isabel II, conocido popularmente como puente de Triana, se terminó de construir en 1.852, lo que permitió una más fácil comunicación entre Triana y Sevilla.
Las fachadas exteriores se adornan con una serie de retablos cerámicos, que detallo a continuación:
Divina Pastora y Santa Ana la Virgen y el Niño en la fachada principal
Virgen del Carmen en la portada del Evangelio
Aparecen también pequeñas ventanillas que pertenecen a las capillas de las naves laterales y ventanas molduradas, de mayor tamaño, en el cuerpo alto que proporcionan claridad al interior del edificio.
GRANDES OBRAS DE ARTES
Desde su creación se han ido adquiriendo imágenes y pinturas que se han convertido en valiosas obras de arte.
«Transcurrió el descubrimiento de América y épocas muy ricas en España, y eran muchos los trianeros que se marchaban al nuevo continente, encomendándose a su Santa, y si les iba bien, cuando volvían la obsequiaban con algún detalle o alguna obra de arte», comenta el pLa «catedral» de Triana, el templo más antiguo de Sevillaárroco Manuel Azcárate.
Por lo que muchas de estas joyas las trajeron ellos mismos, además de las que han aportado durante los más de 800 años que lleva en pie el templo, los fieles que por aquí han pasado.
Por ello, todos los elementos, tanto los escultóricos como la decoración pictórica, destacan en el conjunto. Aunque las indudables protagonistas son las imágenes que presiden el Altar Mayor: Santa Ana y la Virgen con el niño.
«En Triana hay mucha devoción por la Santa, de hecho, como es una imagen de pocas procesiones, cuando la sacamos a la calle en el comienzo del milenio, hubo muchísima gente que se desplazó hasta el barrio para verla, fue tremendo, las calles estaban abarrotadas, aún siendo 26 de julio y con todo el calor que hace en Sevilla», revela el sacerdote.
Y es que, además, según añade Manuel, esta parroquia es muy atractiva para bodas y bautizos. Aquí se han bautizado, dice, hijos de personajes muy conocidos como Ana Rosa Quintana, Isabel Pantoja o Chiquetete.
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