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sábado, 3 de abril de 2021

SÁBADO SANTO Y VIGILIA PASCUAL

SÁBADO SANTO



El Sábado Santo es el tercer día del Triduo Pascual.
 Durante esta jornada, la Iglesia recuerda el tiempo que pasó Cristo en el sepulcro, su descenso a los infiernos y espera su Resurrección.
Es un día de meditación y silencio.
el Sábado Santo se rinde culto a Nuestra Señora de la Soledad.

Este día no se celebra Misa y los altares están vacíos hasta la celebración de la Vigilia Pascual, que tiene lugar en la noche, en víspera del Domingo de Resurrección.
 La sagrada comunión puede darse sólo como viático. No se concede celebrar el matrimonio, ni administrar otros sacramentos, a excepción del Sacramento de la Reconciliación y la Unción de los Enfermos.


 VIGILIA PASCUAL

La Vigilia Pascual es una celebración litúrgica que conmemora la Resurrección de Jesús


Es la celebración más importante del año en la mayoría de las confesiones cristianas, y en todas ellas tiene un ritual muy semejante que incluye los símbolos de la luz y el agua, dado que en la antigüedad los neófitos recibían el bautismo en este acto.

En la Vigilia Pascual, la Iglesia Católica celebra una liturgia muy especial, y lo hace con la máxima solemnidad.


El sacerdote celebrante, los concelebrantes que pudiere haber, y el diácono están revestidos de ornamentos blancos, señal de alegría por la resurrección del Señor.


Lucernario
Empiezan los oficios con el templo a oscuras, encendiéndose y bendiciéndose un fuego en el atrio, en un lugar fuera del templo.




 De ese fuego se enciende el Cirio Pascual, una enorme vela que simboliza a Cristo Resucitado.
Acto seguido, se inicia la procesión del sacerdote y los ministros, y los fieles que esperan dentro del templo encienden sus velas propias de la llama del Cirio,






 a medida que se avanza con el cirio en alto por la nave central del templo, deteniéndose en tres oportunidades para cantar: "Luz de Cristo", a lo que los fieles responden: "Demos gracias a Dios".

La Vigilia Pascual , Celebración de celebraciones para los ...

Cada vez este canto se efectúa un tono más alto. Llegados al presbiterio, se coloca en el centro del mismo, junto al altar o junto al ambón, y el sacerdote lo inciensa tres veces.

VIGILIA PASCUAL EN LA CATEDRAL DE NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES ...


Pregon Pascual

Este himno de alabanza, en primer lugar, anuncia a todos la alegría de la Pascua, alegría del cielo, de la tierra, de la Iglesia, de la asamblea de los cristianos. Esta alegría procede de la victoria de Cristo sobre las tinieblas.

Luego, entona la gran Acción de Gracias. Su tema es la historia de la salvación resumida por el poema. Una tercera parte consiste en una oración por la paz, por la Iglesia en sus jefes y en sus fieles, por los que gobiernan los pueblos, para que todos lleguen a la patria del cielo.


Liturgía de la Palabra

Luego continua con la Liturgia de la Palabra, en se proclaman siete relatos del Antiguo Testamento alusivos al plan salvífico de Dios, intercalados con salmos o cánticos del Antiguo Testamento (interpretados por un cantor) y oraciones (rezadas por el Sacerdote celebrante).

 
Tras estos sigue la Vigilia, el sacerdote celebrante inicia la entonación del Gloria que no se había cantado desde que empezó la Cuaresma, junto con repique de las campanas de la torre de la iglesia y las campanillas de mano. Se encienden las restantes luces del templo .

 
Terminado el Gloria, se lee una carta del Apóstol San Pablo, luego y previo al Evangelio se entona de manera solemne el Aleluya, y se procede a la lectura del Evangelio correspondiente.

Liturgia Bautismal.
 En la cual se administra el Bautismo a los nuevos cristianos de ese año.
 Se bendice el agua de la pila bautismal, y los fieles presentes renuevan sus promesas bautismales, tomando de nuevo la luz del cirio pascual, y se los asperja con agua bendita.

Liturgia Eucaristica


La eucaristía termina con el envío, que en este día es solemnizado por el canto y por el doble aleluya que se añade. Al final, aunque no es obligación, es costumbre cantar el Regina Coeli (Reina del Cielo), una alabanza a la Virgen María para que se alegre con la Resurrección de su Hijo.



Liturgía Eucaristíca
La ceremonia continua de la forma acostumbrada.

domingo, 27 de marzo de 2016

SÁBADO SANTO

SÁBASO SANTO

 "Durante el Sábado santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y su muerte, su descenso a los infiernos y esperando en oración y ayuno su resurrección (Circ 73).



Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro.Callan las campanas y los instrumentos. Se ensaya el aleluya, pero en voz baja. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío.

 La Cruz sigue entronizada desde ayer. Central, iluminada, con un paño rojo, con un laurel de victoria. Dios ha muerto. Ha querido vencer con su propio dolor el mal de la humanidad.





Es el día de la ausencia. El Esposo nos ha sido arrebatado. Día de dolor, de reposo, de esperanza, de soledad. El mismo Cristo está callado. Él, que es el Verbo, la Palabra, está callado. Después de su último grito de la cruz "¿por qué me has abandonado"?- ahora él calla en el sepulcro.Descansa: "consummatum est", "todo se ha cumplido".

 Pero este silencio se puede llamar plenitud de la palabra. El anonadamiento, es elocuente. "Fulget crucis mysterium": "resplandece el misterio de la Cruz."


 El Sábado es el día en que experimentamos el vacío. Si la fe, ungida de esperanza, no viera el horizonte último de esta realidad, caeríamos en el desaliento: "nosotros esperábamos... ", decían los discípulos de Emaús.

Es un día de meditación y silencio. Algo parecido a la escena que nos describe el libro de Job, cuando los amigos que fueron a visitarlo, al ver su estado, se quedaron mudos, atónitos ante su inmenso dolor: "se sentaron en el suelo junto a él, durante siete días y siete noches. Y ninguno le dijo una palabra, porque veían que el dolor era muy grande" (Job. 2, 13)

 Eso sí, no es un día vacío en el que "no pasa nada". Ni un duplicado del Viernes. La gran lección es ésta: Cristo está en el sepulcro, ha bajado al lugar de los muertos, a lo más profundo a donde puede bajar una persona. Y junto a Él, como su Madre María, está la Iglesia, la esposa. Callada, como él.

El Sábado está en el corazón mismo del Triduo Pascual. Entre la muerte del Viernes y la resurrección del Domingo nos detenemos en el sepulcro. Un día puente, pero con personalidad. Son tres aspectos - no tanto momentos cronológicos - de un mismo y único misterio, el misterio de la Pascua de Jesús: muerto, sepultado, resucitado:

 "...se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo...se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, es decir conociese el estado de muerte, el estado de separación entre su alma y su cuerpo, durante el tiempo comprendido entre el momento en que Él expiró en la cruz y el momento en que resucitó. Este estado de Cristo muerto es el misterio del sepulcro y del descenso a los infiernos. Es el misterio del Sábado Santo en el que Cristo depositado en la tumba manifiesta el gran reposo sabático de Dios después de realizar la salvación de los hombres, que establece en la paz al universo entero".