domingo, 6 de julio de 2014
IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE VALLADOLID
SEDE DE
Ilustre Cofradía Penitencial de Ntra. Sra. de las Angustias
La historia de esta iglesia está ligada a la de su cofradía, fundada con anterioridad a 1536, que se situó inicialmente en la calle Torrecilla, llamada en el siglo XVI calle de las Angustias Viejas, debido a que en los primeros años de aquel siglo era donde estaba situado el primitivo oratorio de esta cofradía.
A finales del siglo XVI la cofradía se traslada a la iglesia actual, frente al antiguo Palacio del Almirante, sobre el que se levantó en el siglo XIX el Teatro Calderón.
La mayoría de sus cofrades eran ricos mercaderes, que solían realizar grandes donaciones. Martín Sánchez de Aranzamendi y su esposa Luisa de Rivera donan la cifra de 60.000 ducados para la construcción de la nueva iglesia, en la que pide ser enterrado en una sepultura sencilla.
FACHADA
El arquitecto Juan de Nates proyecta una fachada inspirada en la Catedral y en modelos italianos, existiendo en las trazas ecos de Bramante.
El cuerpo bajo se organiza como arco de triunfo mediante arco de medio punto central que da paso a la iglesia, con una Piedad o Quinta Angustia en el tímpano, y dos calles laterales entre columnas corintias con nichos con las esculturas de los santos Pedro y Pablo.
A continuación, y tras un entablamento, se sucede el segundo cuerpo, con ventana adintelada central, de nuevo calles laterales entre columnas, ahora de orden compuesto, con nichos con una Anunciación.
El conjunto se remata con frontón con la heráldica de los patronos.
Adosada al lado del Evangelio está la sala de Pasos, con entrada independiente lateral compuesta de cuerpo bajo en forma de arco de medio punto lo suficientemente holgado como para que pasaran los pasos flanqueado por columnas corintias y balcón superior reservado a las autoridades de la cofradía
Se convirtió en el modelo de iglesia penitencial dentro del contexto del clasicismo vallisoletano que estudió Agustín Bustamante García.
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INTERIOR
Es de nave única de dos tramos, coro alto a los pies, capillas laterales entre contrafuertes, tribuna sobre las capillas, cubierta de bóveda de cañón con lunetos decorada con yeserías geométricas que apoya sobre pilares corintios y gran crucero de planta cuadrada cubierto con cúpula sobre pechinas y linterna y que abre a otras dos capillas laterales.
Nave
En el interior, una sola nave en la que se dispone bóveda de cañón, ornamentada con yeserías.
Hay cúpula en el crucero con linterna y se cubre con cimborrio de planta cuadrada. Tiene coro alto con tribunas.
En el interior, una sola nave en la que se dispone bóveda de cañón, ornamentada con yeserías.
Hay cúpula en el crucero con linterna y se cubre con cimborrio de planta cuadrada.
Tiene coro alto con tribunas.
Altar Mayor
El retablo mayor se hizo entre 1.602 y 1.605
Podemos encontrar en el retablo mayor del presbiterio el Misterio de la Anunciación, obra de Francisco de Rincón, la parte escultórica, mientras que el ensamblaje es de Cristóbal Velázquez basado en modelos de Juan de Nates.
En el centro del banco aparece el sagrario, flanqueado por los relieves de los cuatro Evangelistas.
El cuerpo central, dividido en una calle central y dos entrecalles laterales mediante columnas corintias, está presidido por un relieve con la escena de la Anunciación, advocación del templo, coronada por Dios Padre con los brazos extendidos.
A ambos lados se ubican sendas esculturas de los santos Agustín y Lorenzo
y en el ático aparece una Piedad
La iconografía está en consonancia con la época de la contrarreforma, conformándose como exposición de la Redención de Cristo pero destacando el importante papel de la Virgen como intercesora.
El retablo está encastrado en un arco de triunfo con pintura mural que representa a tres Virtudes Teologales a las que se les une, por cuestiones de equilibrio compositivo, una de las Cardinales.
Así, en el lado del Evangelio se representan la Esperanza dentro de una hornacina avenerada fingida y la Fe en la enjuta, que se corresponden en la Epístola con la Prudencia y la Caridad, respectivamente.
en 1.703 se empezó una capilla para la Virgen de las Angustias que se terminó en 1.710.
CAPILLAS DEL CRUCERO
En el lado del Evangelio es la capilla del Santo Entierro, de planta cuadrada y con un Crucificado y las tallas de la Virgen de la Soledad y San Judas Tadeo.
En origen esta capilla estuvo dedicada a la Piedad, concebida para alojar el impresionante grupo conocido como Descendimiento,
una obra encargada por la cofradía a Gregorio Fernández en la década de 1610 que constaba de seis tallas, con María con su Hijo muerto en el regazo, los dos ladrones crucificados y María Magdalena y San Juan Evangelista.
Capilla de Nuestra Señora de las Angustías
Una de las capillas laterales es de mayor tamaño que el resto.
Es una capilla con dos ámbitos, uno de planta ochavada y cubierta con cúpula y linterna, con dos retablos con dos tallas de Cristo atado a la columna, una de ellas atribuida a Pedro de Ávila, y dos hornacinas donde se alojan las mencionadas tallas de María Magdalena y San Juan que formaban parte del Descendimiento de Gregorio Fernández,
y un camarín heptagonal posterior para alojar la imagen de madera policromada de Nuestra Señora de las Angustias, una de las tallas procesionales más antiguas de Valladolid, titular de la cofradía y obra muy conocida de Juan de Juni, a su vez alojada en un tabernáculo neoclásico del arquitecto Pedro Albaro de fines del mismo siglo.
Esta capilla, construida a principios del siglo XVIII, muestra un interesante espacio ochavado cubierto con cúpula y linterna, al que se abre otro espacio que sirve de camarín, donde se encuentra la imagen titular, Nuestra Señora de las Angustias, en madera policromada, obra del escultor Juan de Juni, de excepcional calidad y una de las obras más conocidas de su autor.
Los siete lienzos del pintor Manuel Petti que decoran las paredes del camarín fueron realizados en 1710 y narran los Siete Dolores de la Virgen extraídos de los mencionados escritos místicos difundidos por San Buenaventura y Santa Brígida.
De esta capilla fueron encargados para su construcción el maestro de cantería Francisco Pérez y el escultor Gregorio Díez de Mata, así como el pintor Manuel Peti y el dorador Santiago Montes.
El conjunto cuenta con su sacristía, sala de pasos, salón de cabildos, con la dimensión procesional y corporativa de la propia cofradía. Las tallas centrales de los pasos jalonan los distintos retablos laterales del templo, entre los que se encuentra el Cristo de los Carboneros -también llamado de la Luz antiguamente-, atribuido a Francisco de Rincón; el Cristo Yacente; así como San Juan y la Magdalena, obra de Gregorio Fernández, procedentes del antiguo paso del Descendimiento, cuyas tallas centrales se conservan en la colección del Museo Nacional de Escultura.
CAPILLAS DE LA NAVE DEL EVANGELIO
La capilla del Cristo de la Luz
es la primera del lado del Evangelio. La talla del Crucificado que acoge fue realizada a comienzos del siglo XVII y se atribuye a Francisco del Rincón, una joya de la Semana Santa vallisoletana, obra de gran esbeltez y corrección anatómica,
con los brazos más inclinados por el peso del cuerpo, un paño de pureza muy típico del taller de Rincón, la corona de espinas tallada entre gruesos mechones de pelo y la cabeza inclinada sobre el hombro derecho, convertida en prototipo de otros Crucificados posteriores, como los de las Descalzas Reales y la Magdalena de Valladolid o el de la Colegiata de Santillana del Mar.
Desde comienzos del siglo XIX también se conoce como Cristo de los Carboneros por el culto especial que le profesaban los mozos del carbón, encargados de cargarla en las procesiones penitenciales de la cofradía. En la primera mitad del siglo XX fue la imagen titular de la Cofradía de la Preciosísima Sangre.
A continuación se ubica la capilla de San José, con un retablo tardobarroco con la talla del santo titular, que fue sede de la Corporación y Cofradía del Patriarca San José, del gremio de los entalladores.
Según las lápidas conservadas, también fue capilla funeraria del maestro entallador don Antonio López y su esposa, doña Isabel de Valcárcer, con fundación de una capellanía en 1689.
CAPILLAS DE LA EPÍSTOLA
La capilla de Santa Gertrudis, la primera del lado de la Epístola, muestra un retablo clasicista con la talla de la santa titular atribuida a Rincón, una elegante y serena imagen propia del clasicismo característico del autor. En la peana se dice que fue un encargo del licenciado Gaspar de Cevallos a raíz de la admisión del culto a la santa cisterciense alemana en 1606, aunque realmente no fuera canonizada hasta 1677. Este ámbito también adquirió uso funerario cuando fue adquirida por las hermanas doña Antonia de la Cruz y doña María de Figueroa en 1611 ajo el retablo se ubica una urna con un Cristo yacente obra de taller vallisoletano, seguramente un seguidor de Gregorio Fernández. De gran devoción en la ciudad, es objeto de un besapié durante la tarde de Viernes Santo y la mañana siguiente
La capilla de la Virgen de la Encarnación, la primitiva advocación del templo, ocupa el segundo tramo de la Epístola.
Cuenta con retablo barroco de Juan de Guerrero de 1682 dorado por Antonio Barreda que aloja una talla "de vestir” anónima del siglo XVII de la santa titular. sta imagen es muy importante para la cofradía, protagonista de la Fiesta de Gloria o de la Alegría, fundamentada en la Regla de 1569 en honor a la advocación del templo, donde se establecía que el 25 de marzo, día de la Anunciación, una procesión debía partir desde la iglesia de san Pablo a la iglesia de san Benito para regresar de nuevo a la primera.
En el siglo XVII la festividad se trasladó a agosto, víspera de la Asunción, pero a fines del XVIII se suprimió la procesión hasta su recuperación en 1984. En 1995 se fijó su celebración el segundo domingo de mayo, cuando la imagen procesiona por las calles cercanas al templo.
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