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lunes, 28 de marzo de 2016
SANTÍSIMO CRISTO DE LA SALUD DE SEVILLA
Titular de Hermandad San Bernardo, Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad Sacramental de la Pura y Limpia Concepción de la Santísima Virgen María, Ánimas Benditas del Purgatorio y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Salud, María Santísima del Refugio, Santa Cruz, Nuestra Señora del Patrocinio, Santa Bárbara y San Bernardo
En un principio, procesionaba el anterior Cristo de la Salud, atribuido a Pedro Roldán, aunque otros autores aseguran que era de Montés de Oca.
Tras los destrozos fueron cedidas unas nuevas imágenes.
En el paso del Señor, se ve al Santísimo Cristo de la Salud, muerto en la cruz.
El Cristo fue tallado en 1669 por Andrés Cansino y restaurado en 1967 por Sebastián Santos, 1978 por Jesús Santos y 1999 por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
Se trata de una imagen encargada, según consta en Actas de la Escuela de Cristo, el 17 de enero de 1669, realizada en madera de cedro policromada, que mide un metro setenta y cinco centímetros, representando a Cristo muerto crucificado en el Árbol Santo de la Cruz, momentos después de la expiración, tras encomendar a su Padre su Espíritu, cuyas referencias las encontramos en los Evangelios de San Mateo, capítulo 27; en el de San Marcos, capítulo 15; en el de San Lucas, capítulo 23; y en el de San Juan, capítulo 19. También se encuentra reflejada en la duodécima estación del Vía Crucis
El principal signo de la muerte que podemos apreciar en su hechura es la relajación. Sus brazos se alinean al travesaño horizontal o patibulum, de donde pende clavado por sus manos abiertas. Está cubierto por un sudario anudado en la cintura por una soga que deja al descubierto el costado derecho.
Tres clavos lo fijan a una Cruz cilíndrica y arbórea. Tiene cinco llagas: dos en las manos, dos en los pies, motivadas por los clavos y una en el costado derecho provocado por la lanzada.
Su cabeza, reposada sobre el pecho, dirige la mirada hacia el lado derecho, herida por una corona de espinas, tallada en bloque, a forma de casco formada por una venda de ramas entrelazadas y el pómulo izquierdo amoratado.
Las rodillas muestran heridas abiertas debidas a las caídas sufridas durante el camino de la amargura. Es una talla esbelta, nítidamente barroca, perfectamente armonizada, aunque de fuertes miembros proporcionados. Su aspecto dramático se identifica por el movimiento de laxitud del cuerpo sin vida, que cae de manera sobrecogedora de los clavos que lo sujetan a la Cruz, como nos hace observar la tensión de sus hombros y brazos y su posición colgante y encorvada. Sin embargo, nos enseña un rostro dulcificado, con un extraordinario impacto devocional que siempre nos llama a su contemplación. Dicho por expertos, de los mejores que se han tallado en la ciudad.
Fue encargado para presidir el Oratorio de la Santa y Venerable Escuela de Cristo del Espíritu Santo de la calle Colcheros (hoy Tetuán), de allí pasó a la que estaba situada en la antigua Iglesia de San Hermenegildo, más tarde a la que hubo en el Convento de la Paz, para acabar finalmente presidiendo la sala capitular de la Escuela de Cristo de la Natividad, aneja a la Parroquia de Santa Cruz en la calle Ximénez de Enciso.
Tras perder la Hermandad sus Sagrados Titulares en los desafortunados sucesos de 1936, se solicita al Cardenal D. Pedro Segura y Sáez, Arzobispo de la Archidiócesis y en aquel entonces Director Espiritual de nuestra corporación, la imagen de un crucificado que sustituyera a la desaparecida, cediendo la eminente autoridad eclesiástica la mejor a su gusto en calidad de depósito, que sería la mencionada en la Escuela de Cristo de la Natividad.
El Crucificado es traído desde el barrio de Santa Cruz en piadoso Vía Crucis hasta la parroquia de San Bernardo en enero de 1938, celebrando los hermanos en su honor Solemne Función y Devoto Besapiés a su llegada.
Recibe culto en la Iglesia de San Bernardo
Procesiona en un paso de estilo barroco realizado por José Gil en 1925 el Martes Santo
El Cristo lleva potencias de oro de ley. El llamador es de oro de ley y representa el puente de San Bernardo. Posee fardones de terciopelo granate, bordado con broches en oro fino.
Posee un precioso exorno floral compuesto por claveles rojos y toques de lirios morados que hacen del paso del Cristo de la Salud un exquisito deleite para la vista del espectador y uno de los exornos florares más elegantes de toda la Semana Santa sevillana.
Es llevado por 29 costaleros.
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