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miércoles, 10 de mayo de 2017

CRISTO DE LAS INJURIAS ZAMORA



Títular de

REAL HERMANDAD DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LAS INJURIAS    COFRADÍA DEL SILENCIO


Un Crucuficado anónimo, siglo XVI
La imagen mejor desde el punto de vista artístico, de todas las que desfilan en la Semana Santa zamorana.

El Cristo de las Injurias es una escultura de bulto redondo, tallada en madera en tres piezas (cuerpo y cabeza en una sola pieza a la que van ensamblados ambos brazos), de tamaño mayor que el natural (mide dos metros de altura) y que representa a Cristo muerto en la cruz .






Su cabeza, ladeada hacia la derecha y abatida sobre el pecho, va ceñida con una corona de soga de la que salen largas púas de espino natural, una de las cuales atraviesa la piel de su frente, por encima de la ceja izquierda, dejando la piel tumefacta.



 La cabellera se bifurca en dos, de la que caen los mechones, uno de ellos sobre el hombro izquierdo, dejando ver la oreja, otros dos en el lado derecho caen al aire helicoidalmente para unirse en la punta. Los ojos, oblicuamente entornados, tienen la mirada perdida. La nariz, afilada; los pómulos; marcados, y la boca, entreabierta, dejando ver la cavidad bucal, la dentadura y la lengua. La barba, partida, está formada por puntas rizadas y aplanadas .

El costado derecho presenta una profunda llaga de la que cae una caudalosa lámina de sangre. El paño de pureza, de color blanquecino con una cenefa azul en los ribetes, está realizado en tela encolada y va muy pegado al cuerpo, formando finos pliegues; parte de él cae verticalmente adherido al lado derecho; otra parte lo cruza diagonalmente hasta el lado izquierdo, donde se anuda y cae de nuevo al aire .



El paño de pureza va muy pegado al cuerpo y con una cenefa azul. Va unido a la cruz por tres clavos de hierro con la cabeza piramidal, dos sobre las manos con los dedos flexionados y otro en los pies, colocados derecho sobre izquierdo

Va cosido a la cruz mediante tres clavos de hierro tres atemperado, sin concesiones a los recursos efectistas que añadirían, sin duda, mayor dramatismo. Y con ella una intencionalidad persuasiva o parenética: suscitar en quien la contempla el devoto sentimiento de compasión y de imitación espiritual.
Se trata, en definitiva, de una figura serena y contenida. Su hermosura proclama de modo admirable la divinidad y humanidad de Cristo (verdadero Dios y verdadero Hombre), los misterios de su encarnación y de su pasión y muerte (compartió nuestra naturaleza humana y asumió nuestra condición pecadora), su gesta salvadora (nos libró de la Ley, el pecado y la muerte) y su labor mediadora (intercede continuamente por nosotros ante el Padre).

Por todo lo dicho, creemos que la talla fue realizada en torno a 1550".


Procede del desaparecido convento de San Jerónimo, desde donde fue trasladada, una vez producida la exclaustración, en 1836, a la Catedral, donde preside en la actualidad la capilla de San Bernardo.

Desfila el Miércoles Santo en la Hermandad del Santísimo Cristo de las Injurias y el Viernes Santo en la Real Cofradía del Santo Entierro.




Recibe culto en la Catedral

La imagen puede contener: 2 personas, noche e interior

Va cosido a la cruz mediante tres clavos de hierro tres atemperado, sin concesiones a los recursos efectistas que añadirían, sin duda, mayor dramatismo. Y con ella una intencionalidad persuasiva o parenética: suscitar en quien la contempla el devoto sentimiento de compasión y de imitación espiritual.
Se trata, en definitiva, de una figura serena y contenida. Su hermosura proclama de modo admirable la divinidad y humanidad de Cristo (verdadero Dios y verdadero Hombre), los misterios de su encarnación y de su pasión y muerte (compartió nuestra naturaleza humana y asumió nuestra condición pecadora), su gesta salvadora (nos libró de la Ley, el pecado y la muerte) y su labor mediadora (intercede continuamente por nosotros ante el Padre).

Por todo lo dicho, creemos que la talla fue realizada en torno a 1550".

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