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lunes, 21 de enero de 2013

PASO DE PALIO

El jesuita mexicano, aunque de padres asturianos, Ramón Cué, consiguió con este libro, publicado por primera vez en 1947, llegar hasta 1990 con 16 ediciones.



En realidad, este libro es casi un pregón de la Semana Santa de Sevilla, pregón que nunca dio en esta ciudad.
Es un libro de poesía sencilla y de párrafos sentenciosos escritos con habilidad y gusto. Lo escribe durante su estancia en  Sevilla durante un año como discípulo de la Universidad.
Ya era un gran poeta con algunos libros publicados cuando llegó a Sevilla



Escrito por el Padre Cue                    Paso de Palio

Virgen de Montserrat en su PalioVirgen de Montserrat

Si me preguntaran la receta técnica para hacer un "paso" de palio sevillano, yo les daría la lista de los elementos. Todos ellos nobles y exquisitos.
 Doce varales de plata repujado.
Un juego de jarras y otro de candelabros del mismo metal.
Un bosque de cirios.
 Una carga de claveles.
 Dos candelabros de cola.
Un manto bordado en oro.
 Una corona. Las joyas para la Virgen.
 Y el ultimo elemento, el mas difícil, saber armarlo.

Virgen de la Hiniesta Domingo de Ramos 2011
Virgen de la Iniesta

 Saber usar esos elementos. Para un soneto hacen falta catorce versos.
 Pero no son catorce versos solo un soneto. Es algo mas.
Para hacer un soneto hay que nacer poeta.
 Y para armar un palio hay que nacer en Sevilla.
Y con eso, ¿Ya está todo? !Ni así!


 Falta lo principal. Falta la Virgen. !Y a por Vírgenes hay que venir a Sevilla!
Sin hacer ofensa a nadie, yo creo que las Vírgenes de otros sitios no saben ir en un "paso de palio".
 !Solo las de Sevilla! Y !La que está en los cielos!
 Que así deben pasearla los ángeles en la Gloria.


!Si yo pudiera, Señora, ser también paso de palio!
De mis dos brazos te haría los varales torneados.
De mis ojos,luz de cirios. Jarras de plata, mis manos.

Montesión, Virgen sel Rosario


Con el oro de mis versos -todo un poema-, tu manto.
Mi juventud volandera, fleco y borlas de tu palio.
Y en mi sangre, brazadas de claveles encarnados.
Mis dos pies, los costaleros, allá abajo.
Y mi corazón delante, como capataz del paso.
El alma... ésa la pondría -pañuelo blanco- en tus manos,
para que enjuagaras tus lágrimas y yo bebiera tu llanto...

Esperanza de Triana
!Si yo pudiera, Señora, ser también "paso" de palio!

                                                                              Padre Cue

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