LA PASIÓN DE JESÚS VIVIDA POR UN PUEBLO
Riogordo, uno de los muchos pueblos malagueños que configuran la extensa comarca de la Axarquía.
Cada Viernes y Sábado Santos, Riogordo vive uno de sus momentos de manifestación religiosa más emotivos.
Desde tiempo inmemorial, unos 400 vecinos, que previamente han estado ensayando durante días y días, se transforman en actores espontáneos para representar «El Paso», encarnando las figuras tradicionales de la vida, pasión y muerte de Jesucristo.
Estas representaciones, llenas de encanto y fervor, atraen todos los años a cientos de espectadores tanto nacionales como extranjeros.
El «Paso de Riogordo» es ya internacionalmente conocido por el excelente realismo dramático de sus escenas, siendo declarada Fiesta de Interés Turístico de Andalucía en 1996
EL PASO SE REPRESENTA DESDE 1951
Se cuenta que, en el siglo XVII, el «Paso» se representaba en el atrio de la iglesia parroquial en forma de tres pregones durante los días principales de la Semana Santa, con la finalidad de recaudar dinero para la reconstrucción de la iglesia, que, a la sazón, se hallaba muy deteriorada.
Pero las representaciones, tal como las conocemos hoy, son muy posteriores ya que, según consta en los archivos parroquiales del pueblo, se vienen realizando desde 1951.
Los diálogos y las diferentes escenas que componen el «Paso» se basan en un libreto del siglo XIX que fue complementado y perfeccionado, en su relato de la pasión de Cristo, con una aportación literaria de Fernández Ardavín, y, gracias a una meritoria labor de síntesis que llevó a cabo don Tiburcio Martín Toledo en 1951, vio la luz un texto, de gran fidelidad a los Evangelios, que es el que todavía hoy, salvo ligeras modificaciones, se sigue utilizando.
Más de medio siglo lleva, pues, Riogordo a sus espaldas con una representación sacra en la que, prácticamente, todo el pueblo, de unos 3.500 habitantes, y generación tras generación, ha participado, bien en los preparativos, bien en el montaje del escenario, bien como actores.
En esta enorme puesta en escena en un escenario natural de 10.000 metros cuadrados, hay mucho trabajo que hacer, necesario para llevar adelante la escenificación: limpiar el recinto, repasar y reponer el vestuario para casi 400 actores y extras, dar brillo a las armas de los soldados romanos y judíos, montar decorados en madera y mampostería, instalar el sonido con una estación distribuidora para micrófonos y altavoces... y los ensayos, que se inician el mes de diciembre.
TRES HORAS DE REPRESENTACIÓN
La representación escénica alcanza unas tres horas de duración y está precedida por el paseíllo de un elenco de los casi 400 actores, vestidos todos con trajes de época, algunos a caballo, que marcha a ritmo de una banda de tambores y cornetas entonando marchas de Semana Santa.
Este desfile preambular discurre desde la piscina municipal, en el centro del pueblo (lugar en el que se concentran dos horas antes del evento para maquillarse), hasta el recinto escénico, situado en la parte norte, resultando todo un espectáculo previo a la obra propiamente dicha.
El escenario natural está formado por un montículo situado a las afueras del pueblo y una amplia explanada delante, desde donde el público puede ver y oír todas las escenas sin necesidad de levantarse de sus asientos, ya que, además de los micrófonos inalámbricos que llevan en sus vestidos los actores principales, existen otros móviles que van desplazándose estratégicamente por la escena a lo largo de la representación.
El monte Calvario cuenta con edificaciones que representan los pórticos de Caifás y Herodes, el pretorio de Pilato y el cenáculo de la última cena, que han sido elaborados según modelos de la época de Cristo.
También cuenta con olivos, un prado verde natural, un pozo, un puente, un arroyo y un muro de ladrillo visto de 60 metros de largo que representa una muralla antigua.
SE COMPONE DE CATORCE ESCENAS
Una vez en el recinto, tiene lugar el desarrollo de las catorce escenas.
La obra comienza con el sacrificio de Isaac.
Varias escenas de la vida pública de Jesús (el encuentro con la samaritana, el sermón de la montaña, la elección de los doce apóstoles, la curación de un ciego y la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén, entre otras)
Culmina con la última cena, la oración del huerto, el prendimiento, el juicio ante Anás, Caifás, Herodes y Pilato, la calle de la Amargura y la Crucifixión.
Esta última escena es una de las más emotivas, tanto para el público como para los propios actores, que han reconocido que se les saltan las lágrimas en los ensayos cuando la actriz que encarna a la Virgen María, entre gritos y sollozos, acaricia el cuerpo inerte de su hijo tras bajarlo de la cruz.
Otro de los momentos más impactantes es el ahorcamiento de Judas, cuya verosimilitud y golpe de efecto se consigue mediante una serie de artilugios elaborados para tal empeño.
Ahorcamiento y crucifixión elevan la sensación de realismo hasta lo más alto, de forma que ningún miembro del público puede permanecer impasible. Es como si la historia diese un paso atrás y se viviera realmente aquel trágico momento.
CENTRO DE LA VIDA CULTURAL
El «Paso» se ha convertido en el centro de la vida cultural del pueblo. Sus gentes, especialmente los jóvenes, se preocupan por mantener viva la tradición, haciendo posible que, año tras año, se renueven las emociones y el pueblo se vista de fiesta, encalando sus casas, limpiando sus calles,
El obispo, don Antonio Dorado Soto, afirmara en 2001, con motivo de la conmemoración del cincuenta aniversario de la escenificación dijo «Paso» que «es una bellísima catequesis sobre la Pasión, Muerte, Sepultura y Resurrección de Jesucristo. Catequesis que reciben creyentes y no creyentes, a través de escenas evangélicas, sobre la fuerza del mensaje de amor de Dios a nosotros…
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