Se acerca la medianoche.
Desde hace horas cientos de personas colapsan el entorno de Santa María para ver la salida del Cristo Negro.
Tras las puertas cerradas de la concatedral los penitentes de la que es sin duda una de las cofradías más singulares de Cáceres esperan la llamada que dará la salida.
PROCESIÓN DEL CRISTO NEGRO DE CACERES
Organizada por
LA MUY SOLEMNE, VENERABLE Y PONTIFICIA COFRADÍA HERMANDAD PENITENCIAL DEL SANTO CRUCIFIJO DE SANTA MARÍA DE JESÚS. CRISTO NEGRO
Realiza estación de penitencia el Miercoles Santo a las 24.00 de la noche saliendo de la Concatedral de Santa María.
Momentos antes de la salida procesional, se toma juramento de obediencia y silencio a los 50 hermanos cofrades y los 9 directivos., este juramento se lleva a puerta cerrada y ante la imagen del Santo Crucifijo de Santa Maria de Jesus.
Seguidamente, el Alcaide-mayordomo, acompañado de dos cofrades, salen por la puerta principal, hacia la plaza de Santa María, y al escuchar las personas concentradas en dicha plaza el sonido de la esquila, hacen un silencio total y absoluto que impresiona, los cofrades con sus hábitos de frailes y totalmente de negro con capuchas que les cubre la cabeza y cara, avanzan hasta la puerta ojival por donde va salir el cortejo, esta se encuentra cerrada.
El Alcaide mayordomo agarra el llamador de la puerta y lo acciona tres veces, pronunciando estas palabras “Silencio, el Cristo Negro Va a salir, Dios lo quiere asi”. Es el momento que se abren las puertas, y comienza a sonar la esquila y tambor templado, único sonido que llevara la procesión, sus cincuenta cofrades llevan hachones encendidos, la cruz guía, un incensario de barrio soportado por dos cofrades, tres cofrades, que portan los atributos del Señor, martillo, clavos, corona de espinas.
Tras proclamar su mayordomo: "¡Que salga la hermandad del Cristo Negro! Dios lo quiere así", los penitentes, con hábitos benedictinos y cíngulos de esparto prendidos a la cintura, comienzan a traspasar las puertas del templo.
En todo su recorrido, la sobrecogedora imagen en madera negra de este crucificado del medievo, que mezcla historia y leyenda, volvería un año más a silenciar a los miles de cacereños y turistas que colapsaron todo su recorrido por el recinto intramuros.
Un incensario es portado a hombros por dos hermanos de la Cofradía donde se quema el incienso a lo largo de Estación de Penitencia
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