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sábado, 7 de abril de 2012

CON RETRASO EN MADRID SE PUDO VER AL CRISTO DE LOS GITANOS





La tarde empezó mal, y nada hacía presagiar que iba a terminar mucho mejor. El Vía Crucis que se celebra cada Miércoles Santo en los jardines del Palacio Real de Madrid sería suspendido por la lluvia, que azotaba sin clemencia el centro de la capital. Mientras tanto, en el corazón de Madrid se masticaba el nerviosismo.


A poco más de una hora del inicio de la procesión de la mítica Hermandad del Cristo de los Gitanos, los cofrades no habían decidido aún si saldrían a la calle.
 La multitud se agolpaba a las puertas de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, ubicada en el número 10 de la calle del mismo nombre, esperando respuestas. Se hicieron esperar, pero llegarían.
 Cinco minutos antes de la hora prevista para la procesión, el hermano mayor de la hermandad, Julio Cabrera, tras deliberar con el gobierno que preside la cofradía, otorgaba su consentimiento para que las tallas salieran a la calle, aunque realizarían un recorrido mucho más corto para zafarse de la lluvia.

 Sin embargo, no iba a ser ésa razón suficiente para que los cofrades dejaran de emocionarse. Cuando los más pesimistas aventuraban una jornada de fracaso, cuando casi nadie creía ya en poder ver el estreno de la Virgen María Santísima de las Angustias, quiso el cielo darle una tregua a esta hermandad con más de dos siglos de herencia.

Estaban de estreno, y ni la lluvia pudo con ese sentimiento. «En vista de unos pequeños claros, vamos a salir a la calle», comenzaba la frase que nunca terminó uno de los cofrades por culpa de los aplausos.

 A pesar de la modificación del recorrido, les serviría para «quitarse el gusa-nillo», como declaraba uno de los integrantes de «los gitanos».


 Saldrían a la calle a presentar su virgen a los madrileños.
 El primero en salir fue el

CRISTO DE LA SALUD,

Retrasó su salida una hora, pero la lluvia no impidió que la Cofradía del Cristo de «Los gitanos» estrenara ayer su nueva talla de la Virgen de las Angustias

 conocido en Madrid como el de «L os Gitanos».
 A las 22:00 horas cruzaba la puerta de la parroquia entre el fervor y los jaleos del cofrade que dirigía a los costaleros, que dedicaba cada «levantá» a un compañero. «Ya tenemos a nuestro niño en la calle», se emocionaba el cofrade entre los aplausos de los madrileños, que no dejaban de piropear al Cristo.
 Pero faltaba el momento más emocionante de la noche y, quizás, de los últimos años para esta mítica cofradía.

 MARÍA SANTÍSIMA DE LAS ANGUSTIAS

La lluvia amaina al paso de la Virgen de «Los Gitanos»
 sobre un paso de 1.500 kilos, salía, por vez primera, a conocer el centro de Madrid.
 El himno de España sonaba entre vítores y piropos a la Virgen, que enfilaba la calle del Carmen hacia la Puerta del Sol.
 Su hijo, Jesús de la Salud, ya estaba debajo del reloj del kilómetro cero a las 22:30 horas. La virgen, por detrás, comenzaba a sentir las primeras gotas de esta procesión que ya no tenía motivos para pensar en el fracaso.
 Con las imágenes en la calle, sólo quedaba el momento para la emoción de cofrades y devotos, que comprobaron una vez más que el sentimiento está por encima de cualquier adversidad metereológica.

Más sobre la procesión en
http://pasos-palios.blogspot.com.es/2011/04/procesion-de-los-gitanos-de-madrid.html

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