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martes, 19 de abril de 2011
HDAD DE JESÚS EN SU TERCERA CAIDA DE ZAMORA
HERMANDAD DE JESÚS EN SU TERCERA CAIDA
Procesiona el Lunes Santo en la
HISTORIA
La Hermandad de Jesús en su Tercera Caída se funda en Zamora el 16 de Abril de 1942, concebida por un grupo de zamoranos ex combatientes de la Guerra Civil Española, siendo uno de sus principales fines “el mantener los lazos de unión de los excombatientes dedicando un recuerdo constante a los caídos en el campo de batalla y contribuir al esplendor de la Semana Santa zamorana”.
Se adoptó como emblema distintivo de la Hermandad la cruz de San Fernando (Rey zamorano) a la que se rodea con una corona de espinas.
El hábito, en origen, consistió en túnica y caperuz de raso negro con el emblema de la Hermandad bordado en el pecho, guantes blancos y calcetines y zapatos negros.
Posteriormente se añadió al hábito una amplia capa de raso blanco con el emblema en rojo bordado a la altura del brazo izquierdo y se completa por un medallón con el emblema plateado de la Hermandad sujeto al cuello por cordón blanco y negro.
A finales de los años 40 y durante los 50, época de gran resurgimiento religioso y brillantez en lo concerniente a la Semana Santa, se realizan tres pasos, obras de destacados artistas de la postguerra española. Posteriormente la Hermandad, al igual que ocurre con otras cofradías de la Semana Santa zamorana, se ve sumida en una profunda crisis, recuperándose paulatina y vivazmente a partir de los años ochenta y hasta la actualidad en la que la componen más de 2000 hermanos.
Durante este último periodo se inicia un cambio en la estética de la Hermandad al comenzar el escultor José Luis Alonso Coomonte a colaborar aportando una novedosa forma de ver la escultura religiosa.
Se produce a partir de ese momento un profundo cambio en la dimensión escénica de la Hermandad todo ello a través de una serie de cruces pectorales y alzadas junto con otras dos obras de gran tamaño y originalidad como son: una Cruz realizada con yugos para uncir bueyes y una Corona de Espinas realizada con rejas de arado.
En su inicio la Hermandad salió a la calle un Miércoles Santo, después de diversos cambios en itinerarios y horarios el desfile procesional se afianza en la noche de Lunes Santo, como establecían sus fines, siempre ha habido un acto de recuerdo por los fallecidos.
En la actualidad este acto se realiza en la Plaza Mayor dónde el capellán hace recuerdo y oración por todos los hermanos fallecidos y dónde el coro de la Hermandad entona el canto “La muerte no es el final”, este acto se ha convertido en uno de los momentos mas destacados de la Semana Santa de Zamora.
Desde 2015 es parte del desfile procesional el “Libro de Fallecidos”, que cada Lunes Santo manifiesta la presencia de todos los Hermanos que lamentablemente no están con nosotros.
En cuanto al aspecto musical, además del Coro de la Hermandad, la procesión se abre con una banda propia de clarines y tambores seguida por el sonido de las esquilas del Barandales, hermano que, al inicio del desfile procesional, anuncia al público su llegada.
Todos los pasos llevan acompañamiento musical, dos van acompañados por una banda propia de tambores y los otros tres van acompañados por bandas de música que interpretan durante el recorrido diversas marchas fúnebres, entre ellas las propias de la Hermandad como son Aurora, La Despedida y La Amargura, finaliza la procesión con una joven banda de tambores, también propia, compuesta por niños hasta doce años.
Anualmente se celebra un Triduo en honor al Cristo en la parroquia de San Lázaro donde está erigida canónicamente la Hermandad.
También cada año se celebra, en uno de los últimos domingos de cuaresma, Misa Mayor seguida de la Asamblea General Ordinaria de la Hermandad. En ella, además, se comparte entre todos los hermanos asistentes un tradicional desayuno.
Contamos en nuestro patrimonio con los siguientes pasos: La imagen titular “Jesús en su Tercera Caída” del artista bilbaíno Quintín de Torre, realizado en el año 1946. En la imagen concebida por el magnífico escultor, de tamaño natural, aparece Jesús Caído, apoyando su brazo izquierdo en el suelo mientras con el otro trata de soportar la pesada cruz que cae sobre su espalda.
El patrimonio de la Hermandad, se incrementó en el año 1957 con una obra del imaginero Enrique Pérez Comendador “La Despedida de Jesús y su Madre”, en madera de pino, cedro y ciprés. Policromada al aceite, destacando el juego de miradas y manos que hacen innecesarias las palabras para su comprensión.
Merece la pena destacar los ojos de ambas figuras, formados por gemas finas y marfil, según técnica egipcia de la 3ª dinastía. La mesa de este paso es obra del tallista zamorano Julián González (Alito), realizada en madera de castaño.
La ultima incorporación al patrimonio de la Hermandad, concebida por la genial gubia del escultor zamorano Ramón Abrantes, en el año 1959. Es la única obra del mencionado artista en la Semana Santa de Zamora, es una imagen de vestir, con cuerpo y cabeza en madera de pino, en la que las manos y los pies están tallados en madera de cerezo.
Representa a María con la mirada y la mano derecha dirigida al cielo. La Virgen lleva un vestido de lame plateado y desde 1963 luce un magnifico manto de terciopelo negro, bordado en hilo de oro y adornado con unos luceros de perlas de hilo de oro.
Procesiona sobre una mesa de madera de nogal, de etilo neobarroco, obra del tallista zamorano José Antonio Pérez. También se portan en andas a hombros la Cruz de Yugos y la Corona de Espinas citadas anteriormente, obra del Benaventano Coomonte.
La imagen títula
JESÚS EN SU TERCERA CAIDA
Un Jesúa abatido en tierra por el peso de la Cruz.
DESPEDIDA DE JESÚS Y SU MADRE
VIRGEN DE LA AMARGURA
Se encuentra durante todo el año en el Museo de Semana Santa, el Sábado de Dolores es trasladada a la Iglesia Parroquial de San Lázaro de donde parte el desfile de su Hermandad la tarde del Lunes Santo.
SEDE DE LA COFRADÍA
La Iglesia de San Lázaro es un templo ubicado en el barrio del mismo nombre en la ciudad de Zamora.
Los pasos de
NAZARENOS
El hábito, en origen, consistió en túnica y caperuz de raso negro con el emblema de la Hermandad bordado en el pecho, guantes blancos y calcetines y zapatos negros.
Posteriormente se añadió al hábito una amplia capa de raso blanco con el emblema en rojo bordado a la altura del brazo izquierdo y se completa por un medallón con el emblema plateado de la Hermandad sujeto al cuello por cordón blanco y negro.
Los cofrades portan hachones con velas, con forma de farol, siendo característica también la presencia al principio de la procesión de diversas cruces de los más variados estilos.
El número de hermanos en la actualidad ronda los 1500, significando el gran auge experimentado en estos últimos años, especialmente de gente joven
El Barandales
MÁS COSAS
Corona de espina
Abre el desfile de nuestra hermandad una obra excepcional de uno de los grandes escultores contemporáneos españoles, el benaventano José Luis Alonso Coomonte (1932). Su obra religiosa, que explora las posibilidades de nuevos materiales y de modos de expresión acordes a las propuestas del Concilio Vaticano II, se encuentra profundamente vinculada a la imaginería y estética de la hermandad de Jesús en su tercera caída.
Esta corona de hierro, fabricada en 1999 con rejas de arado, traduce a proporciones ciclópeas la corona de espinas de la Pasión Cristo. Su funde aquí, mejor que en ninguna otra obra de su producción la profunda raigambre tradicional de su obra, de su formación, de sus fuentes de inspiración, con la más absoluta modernidad en su concepción, interpretación e incluso en la manera de resolver el tratamiento del material. La pieza fue expuesta en el año 2011 en la exposición Passio, edición de la muestra Las Edades del Hombre celebrada en Medina del Campo y Medina de Rioseco.
Cruz de Yugo
Dentro de la misma corriente artística que la Corona de espinas, de esa renovación estética que supuso el Movimiento de Arte Sacro iniciado en los años 60 se encuentra el segundo paso de la hermandad.
La Cruz de yugos, puesta a hombros de los hermanos hace ya más de tres décadas, en 1985, venía prácticamente a perpetuar la ofrenda que el maestro José Luis Alonso Coomonte efectúa periódicamente a la Tercera Caída. Se trata de verdaderos ejercicios de estudio y de profundización en la más sagrada de las iconografías. Hierro, madera y vidrio vestían hasta entonces los ya icónicos guiones “coomontianos” hasta que llegó esta, la más voluminosa, elaborada con yugos atados con las correas de los bueyes, cómo símbolo del compromiso del artista con la tierra que le vio nacer. Se trata de una obra tremendamente personal y convertida ya en un símbolo de cada Lunes Santo de la Pasión zamorana.
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