Abre la Semana Santa, semana de la Pasión del Señor.
Unos días de gran pronfundidad religiosa: El Hijo de Dios se entrega por Amor.
El Domingo de Ramos recordamos y celebramos la entrada de Jesús en Jerusalén.
Jesús con los Apóstoles salen, de madrugada, de Betania y al llegar al Monte de los Olivos envía a dos discípulos a buscar un asno.
Los discípulos traen el asno y ayudan al Maestro a sentarse encima. Avanzan jubilosos hacia Jerusalén.
Muchas personas hacen el mismo camino en una mañana primaveral.
Las personas sencillas cuando conocen la noticia de que llegaba Jesús, que siempre pasaba haciéndo el bien, fueron a recibirle con ramos de olivos y poniéndo mantos en el suelo para que pasara el Rey que llegaba.
A su paso la muchedumbre aclamaban:
¡Hosanna al hijo de David, bendito el que viene en nombre
del Señor, Hosanna en el cielo!
Los fariseos, escribas y ancianos se morían de rabia y de envidia ante la victoria del Nazareno, ellos que habían decretado: Si sabeis donde está delatarle enseguida.
Jesús sabe bien a donde va y lo que le espera. Entra en la ciudad voluntario y libre hacia la Muerte,hacia la Cruz.
Ha llegado el momento del Amor.
El Señor en este día nos enseña a vivir y a dar la vida con entrega voluntaria y con mucho amor.
Feliz Domingo de Ramos.
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