En la pasada noche, la Virgen de la Esperanza ha descendido de su camarín para ser entronizada en las andas que la van a llevar el asilo de ancianos Nuestra Señora de Consolación, situado en la Avenida de Coria.
Para esta ocasión, la principal novedad es que la Esperanza de Triana no porta puñal. El manto que luce es el azul de los traslados, estrenado en el año 2000, con el perímetro bordado, de terciopelo azul. El diseño está basado en la cerámica, ejecutado por el ceramista José Antonio Peláez Soto. La cenefa recuerda mucho al manto de salida denominado de los dragones, diseñado por José Recio, el creador del estilo y la personalidad de la cofradía trianera.
Por otro lado, porta la saya de las Hermanas Martín Cruz, realizada en 1968, bordada en oro sobre tisú de plata, con aplicaciones de pedrería, mientras que la toca de sobremanto también es de las Hermanas Carmen y Ángeles Cruz. Otro de los detalles es que la Virgen lleva las medallas de los Salesianos de San Pedro, el Rocío de Triana, San Gonzalo, una vara de la O, un camafeo y la medalla de la ciudad, entre otras piezas.
Por último, luce la corona pontificia, ejecutada por Francisco Fernández y Juan Borrero de Orfebrería Triana, le que le fue impuesta el 2 de junio de 1984 en su coronación canónica.