LA IGLESIA DE SAN BENITO EL REAL
Es de la orden benedictina,es uno de los templos más antiguos deValladolid.
Fue erigida sobre el antiguo Alcázar Real y está realizada en estilo gótico; aunque la fachada en forma de torre pórtico es posterior: fue diseñada por Rodrigo Gil de Hontañón en 1569.
Originalmente, esta torre poseía bastante más altura gracias a la existencia de otros dos cuerpos para el campanario, que se encontraban sobre los actuales, y que fueron derribados en el siglo XIX por amenazar ruina.
La iglesia fue edificada de 1499 a 1515, siguiendo planos de Juan de Arandia y García de Olave. Está totalmente edificada en piedra.
La actual fachada no es la proyectada al tiempo que se erigió la iglesia. Y es que en 1565 se produjo un derrumbamiento a los pies del templo y Rodrigo Gil de Hontañón recibió el encargo de dar la traza para su reconstrucción, incluyendo el último tramo con el coro alto y una nueva fachada que empezó a levantarse en 1575.
Así, ésta se conformó como un monumental pórtico de piedra apoyado en dos pilares de sección octogonal formando dos cuerpos cuadrados abiertos mediante grandes arcos apuntados y cubiertos en el interior mediante bóvedas de crucería.
Poco después Juan de Ribero Rada prolongó los pilares octogonales y añadió un tercer cuerpo de piedra con entrepaños de ladrillo con el frente abierto mediante dos ventanas de medio punto para alojar las campanas, rematando la estructura mediante un frontispicio de aletones curvos.
Pero en 1605, con motivo de la celebración del nacimiento del futuro Felipe IV, las luminarias causaron un incendio que dejó muy maltrecha la torre-pórtico, por lo que la corona y el ayuntamiento sufragaron una reconstrucción en la que las bóvedas de crucería de Gil de Hontañón se sustituyeron por otras vaídas.
Si prestamos atención a un dibujo de Ventura Pérez (ha. 1759), la fachada contaría en ese momento con un tercer cuerpo con dos ventanas de medio punto y cuerpo de la campana rematado con frontón triangular.
En la década de 2000 la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León financió la restauración de la fachada, descubriéndose el único escudo de José I Bonaparte conservado en un edificio público.
Interior de la iglesia
Se organiza mediante tres naves, que rematan en tres ábsides poligonales y no existe crucero.
Las naves laterales son muy altas y su diferencia de altura con la central es escasa, por lo que podemos decir que esta iglesia sigue la tipología de iglesia-salón, muy difundida en la primera mitad mitad del siglo XVI, creando edificios de una interesante y grandiosa espacialidad como el que nos ocupa.
La iluminación se resuelve a partir de grandes huecos que se abren el la pared de la nave lateral del lado de la Epístola y en los ábsides.
Originalmente, también existieron algunos huecos en la nave central, tapados a raíz de la elevación de los tejados hacia 1580.
En el tramo de los pies se encuentra el coro alto, que abarca las tres naves de la iglesia.
Los pilares que dividen las naves son baquetonados. Puede observarse que los tramos más cercanos a la cabecera presentan capiteles y cornisas decorados, algo que desaparecen en los tramos de los pies, más austeros. Esto puede ser debido a la búsqueda de un presupuesto más económico conforme avanzaban las obras, empezadas por la cabecera, a la usanza medieval.
Teniendo en cuenta que la orden benedictina tenía entonces mucho poder y siendo esta su casa principal en Castilla, la iglesia atesoraría obras de arte de gran calidad.
Las naves concluyen en tres ábsides poligonales elevados, los dos laterales dedicados a San Marcos, el del Evangelio, y San Antonio, el de la Epístola.
Altar Mayor, cabecera de Sab Benito
el altar mayor también encontró sepultura doña María de Hungría, hija de la reina doña Juana y Felipe el Hermoso, hermana de Carlos V, fallecida en Cigales (Valladolid) en 1558, trasladada a El Escorial por orden de su sobrino, Felipe II, en 1571. En el templo se conservan otros arcosolios de enterramiento, destacando los dos de la capilla absidial de San Antonio
Retablo central
Entre los tesoros que se encontraban en la iglesia cabe destacar el Retablo de San Benito el Real de Valladolid y desmontado se encuentra en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid
y la sillería, que se encontraba en la nave central.
Sillería
En cuanto a la sillería, esta fue construida por Andrés de Nájera y terminada en 1528.
Posee sillas bajas y altas y se disponía en la nave central. El destino de esta sillería era servir para las reuniones anuales de abades de los monasterios castellanos de la orden benedictina, que tenían lugar en esta iglesia. Así, en los respaldos de las sillas altas, aparecen los santos a los que estaban advocados las distintas casas benedictinas españolas, pudiendo encontrar cada abad fácilmente su asiento gracias a la imagen del respaldo.
El estilo de la sillería es el plateresco. El nuevo estilo a lo Romano proveniente de Italia estaba ya entrando en España. Aparecen decoraciones que tienen su base en las pinturas de la Domus Aurea de Roma y que en aquel momento se estaban descubriendo y eran estudiadas por todos los artistas que tenían oportunidad de ello. Los imágenes de santos también han abandonado totalmente las formas góticas y debido a su belleza y proporciones estudiadas se percibe en ellas el latir del Humanisno.
La calidad de la escultura es muy alta y muchos autores afirman que esta es una de las mejores sillerías existentes en España.
http://domuspucelae.blogspot.com.es/2016/06/theatrum-silleria-de-san-benito-el-real.html
En 1571 se asentó la reja que abarca las tres naves y divide transversalmente la iglesia en dos partes jerarquizadas: la de los pies, destinada al pueblo llano y la de la cabecera, destinada a los monjes. La reja es obra de Tomás Celma y es una estimable muestra de la rejería de aquel momento.
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CAPILLAS
Don Alonso de Valdivieso, patrocinador de la iglesia, dispuso su propio enterramiento en el lado del Evangelio de la capilla mayor y, aunque Isabel la Católica dio orden de que en la capilla no se ubicaran otros entierros ni otros blasones de los de los reyes fundadores, los monjes ocultaron la cédula y, fallecida la reina, cumplieron las voluntades del benefactor del convento.
Pero fue por poco tiempo, pues a comienzos del siglo XVII sus restos fueron reubicados en la capilla absidial de San Marcos, con un arcosolio con un yacente, para acoger en el suyo los del infante don Alfonso, hijo de Sancho IV y María de Molina, trasladados desde San Pablo cuando el duque de Lerma adquirió el patronato del convento para convertir su iglesia en panteón familiar
Conserva dos capillas laterales entre los contrafuertes en el lado del Evangelio.
La del licenciado Francisco Butrón
cuenta con una reja pintada por Pedro de Oña en 1592 y en la actualidad es la sede canónica de la Cofradía del Santo Sepulcro, con un Crucificado de Gregorio Fernández, el Santísimo Cristo del Consuelo, que da nombre a la capilla,
y un Cristo yacente
y una Virgen de la Alegría del imaginero contemporáneo Miguel Ángel Tapia
En el lado de la Epístola no desarrolla capillas, sino arcos apuntados abiertos en el muro a modo de capillas para altares y que quizá podrían haberse pensado para alojar enterramientos. Todos presentan igual estructura salvo el situado en el último tramo antes del ábside, que es un arco de medio punto casetonado enmarcado por columnas que soportan un entablamento, en una conformación ya clasicista.
Coro y trascoro
l templo presenta coro alto a los pies que abarca el primer tramo de las tres naves.
En el lado del Evangelio del coro estaba la capilla de san Juan Bautista, fundada en 1551 por doña Francisca de Villafañe para enterramiento propio y de su esposo, don Diego Osorio de Herrera, y con un retablo encargado a Juan de Juni en 1552. Cuatro de sus esculturas, de los santos Juan Bautista, María Magdalena, Elena y Jerónimo, se conservan en el Museo Nacional de Escultura. Una quinta identificada como santa Escolástica, hoy se encuentra en la iglesia del Carmen extramuros de Valladolid.
os dos retablos del trascoro, realizados en madera con tallas de alabastro, siguieron proyectos de Alonso Berruguete y fueron realizados por Cornelis de Holanda y Juan de Cambray, dedicados a San Miguel y a San Juan Bautista, y hoy también están en el Museo Nacional de Escultura.
Después de la Desamortización de Mendizábal en 1835, el monasterio se transformó en fuerte y en cuartel, cerrándose al culto la iglesia, que fue despojada de las obras de arte que poseía. Por suerte, conservamos la sillería y gran parte del retablo mayor en el Museo Nacional Colegio de San Gregorio de Valladolid.
La reja es lo único que se quedó en la iglesia y no sufrió apenas daños.
A partir de mediados del siglo XIX, muchas voces pidien la reapertura de la iglesia; y finalmente se logra en 1892, estando encargada del culto la Venerable Orden Tercera del Carmen. Desde 1897 es la Orden del Carmen Descalzo la que se hace cargo de la iglesia.
En 1922 se instala un nuevo retablo mayor barroco, procedente de la población de Portillo(Valladolid).
Adosado a la iglesia se encuentra el gran edificio monacal,
que cuenta con tres claustros, uno de ellos el conocido Patio Herreriano, hoy museo de arte contemporáneo,
y una fachada principal manierista diseñada por Juan del Ribero Rada.
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sábado, 11 de febrero de 2017
miércoles, 8 de febrero de 2017
IGLESIA DEL SALVADR, SU EXTERIOR
El edificio original de la iglesia del Salvador resistió hasta 1.671, muy dañado por los estragos del tiempo y por los terremotos. Ese año, el arzobispo Antonio de Paino, durante una visita que hace a la Virgen de las Aguas, comprueba el estado ruinoso del edificio y ordena su demolición.
Se construyeron dos templos cristianos después de la mezquita. El primero, que contó con la colaboración de Bernardo Simón de Pineda y Pedro Roldán y la dirección de Esteban García, fue construido de nueva planta en cinco años, de 1.674 a 1.679, un plazo de tiempo muy breve en esa época.
La financiación del templo se realizó mediante limosnas recogidas entre la feligresía y con importantes apoyos de las rentas de la Colegial e Iglesia de Sevilla. El día 24 de octubre de 1.679, con el edificio casi terminado, a las cuatro de la mañana, el templo se hundió totalmente, dejando sólo los muros exteriores.
El segundo templo respetaba la planimetría del edificio hundido, esto es, las cimentaciones correspondientes a las tres naves del templo. Se consultó el nuevo proyecto a Eufrasio López de Rojas, maestro mayor de la Catedral de Jaén, insistiendo, como es natural, en la seguridad y estabilidad del nuevo edificio. También se llamó a José Granados, responsable entonces de las obras de la Catedral de Granada. Finalmente, las obras concluyeron en 1.719.
El día 28 de Junio de 1852, en virtud del Concordato entre Isabel II y la Santa Sede se suprimió el carácter de Colegial, quedando el Salvador reducido a una parroquia más de Sevilla. Esto supuso un importante cambio del estatus religioso y económico del edificio: al suprimirse su carácter colegial, el coro se hizo innecesario.
Ya el 28 de Junio de 1861 los clérigos encargados de la parroquia solicitaban al Cardenal Arzobispo la supresión del coro
A mediados del siglo XIX la iglesia cambió de rango, pasando de colegial a parroquia, lo cual supuso el comienzo de una nueva serie de obras para adecuarla a su nuevo cometido, perdiendo además parte de su patrimonio artístico.
Más tarde volvería a ser sometida a un profundo trabajo de restauración que ha finalizado a principios de 2008 devolviendo al templo todo su esplendor.
FACHADA
De estilo barroco, la Iglesia del Salvador presenta tres portadas, correspondientes a las tres naves del edificio, siendo más alta la central, en cuyo centro se disponen dos ángeles que sujetan un escudo con el Agnus Dei.
En cada una de ellas se dispone una ventana circular, más grande la central.
Las tres naves están separadas por dobles pilastras, que se repiten en los extremos.Portada izquierda
Portada derecha
Corona el conjunto una gran espadaña rematada por un frontón y una cruz de forja.
A mediado del siglo XIX se concluyeron las tres portadas de su fachada principal, que fueron enmarcadas según el diseño del escultor Diego López en 1889.
En 1896, se instaló en su frente la verja de hierro fundido como elemento de aislamiento y protección.
Entre las rejas que cierran el compás del Salvador y sus muros, se erige la pequeña Capilla del Carmen.
Es de pequeño tamaño y si nos fijamos podremos ver el escudo del Carmelo sobre el entablamento de dicha capilla. En la actualidad muestra una imagen de la Inmaculada, sin más adornos.
Inmaculada de la Capilla
Siguiendo por el exterior de la Iglesia del Salvador en dirección a Cuesta del Rosario, llegamos a la confluencia de la Plaza con Villegas.
Allí encontramos un chaflán en el que se enmarca una sencilla cruz de madera (la Cruz de las Culebras), bajo la cual figura el bando del rey Juan II de Castilla ya comentado en la Leyenda del Hombre del Piedra, como narrábamos en la entrada
http://leyendasdesevilla.blogspot.com/2011/01/leyenda-del-hombre-de-piedra.html
Lápida con las órdenes del rey don Juan en la que se indica la obligación de arrodillarse ante el Santísimo Sacramento.
Girando esa esquina podremos observar el magnífico retablo cerámico del Santo Cristo del Amor, titular de la cofradía del mismo nombre, obra de 1.930 de Enrique Mármol Rodrigo. Es el más grande de los retablos existentes en Sevilla pues reproduce al Cristo a su tamaño real. De gran mérito también es el tejaroz de madera que lo resguarda.
CAMPANARIO
El campanario cristiano sobre el alminar almohade, con un cuerpo gótico y otro barroco superior.
por la portada que da a la Plaza del Salvador, no sin antes detenernos ante la efigie colocada en la Plaza de Martínez Montañés.
Como ha ocurrido con otros monumentos sevillanos, ha tenido diferentes ubicaciones; originariamente se instaló en la Plaza del Salvador, en 1.965 fue llevado a la esquina de la Catedral de Sevilla, frente al Archivo de Indias, bajo el magnolio gigante que allí se encuentra. Su estancia allí fue efímera pues a principios de los años ochenta volvió al Salvador.
Llama la atención que su colocación en dicha Plaza no está en el centro de la misma como seria lo habitual de un monumento sino que esta en uno de sus lados, facilitando el transitado transito peatonal por la misma ,así como de las muchas procesiones de Semana Santa y del Corpus.
Una leyenda sevillana afirma que se colocó en ese preciso lugar porque allí era donde el Maestro de colocaba todos los años para ver salir su Señor de Pasión.
COLEGIATA DEL SALVADOR DE SEVILLA INTERIOR
NAVE CENTTRAL DE LA IGLESIA
Se trata de una gran iglesia de estilo barroco y planta rectangular, en la que sobresale levemente la cabecera.
El interior de la iglesia está dispuesto en una gran planta, dividida en tres naves, que a su vez se ordenan en cuatro tramos.
La cruz latina se cubre con bóveda de cañón, los demás tramos con bóveda de arista, y el crucero con una gran cúpula con linterna sobre tambor poligonal.
Sobre la zona del crucero se levanta una cúpula, con relieves de los cuatro Evangelistas enmarcados dentro de una ornamentación vegetal.
Todo el conjunto se culmina por medio de una linterna, que permite una buena iluminación.
Todo el conjunto se culmina por medio de una linterna, en la cual se abren varios varios vanos que dan paso a la luz de sol.
En la cabecera de la nave central las columnas tienen una tracería en la que se incluyen símbolos eucarísticos, castillos y leones
La decoración pone una nota de moderado barroquismo al templo.
Junto a la primera columna destaca el Púlpito labrado en mármoles blanco y rosa, y con tornavoz en forma de Concha de Peregrino.
Es de 1734 labrado por el cantarero vasco Vicente Bengoechea.
El de la izquierda es del estepeño Julián del Villar hecho 44 años más tarde siendo copia exacta del original.
Las escaleras de los dos desaparecieron en el siglo XIX.
ALTAR MAYOR
En el Altar Mayor, al fondo del Presbiterio se encuentra el gigantesco y magnífico
Retablo Mayor de este templo del Salvador.
Fue realizado entre 1.770 al 1.779 por el portugués Cayetano de Acosta, según los cánones del más puro barroco sevillano.
Consta de un banco o parte inferior, un gran cuerpo central dividido en tres calles, separadas por vistosas columnas salomónicas, y un ático.
Todo el retablo se organiza alrededor del grupo de la Transfiguración, pues este instante de la vida de Cristo alude el máximo apogeo de su divinidad.
Por este motivo, todos los templos dedicados al Salvador o al Redentor se encuentran presididos por dicha escena.
Es el momento en el que Moisés y Elías, representantes de la Ley, y Los Profetas, conversan con Jesús, declarándolo Mesías y Salvador de la Humanidad, en presencia de los Apóstoles Pedro, Santiago y Juan, con la figura del Padre Eterno sobre todos ellos, afirmando que Jesús es su Hijo y, por tanto, el Elegido.
En las dos calles laterales se disponen seis Arcángeles: (de izquierda a derecha) Yehudiel, Rafael, Baraquiel,
Gabriel, Miguel y Seatiel.
Coronando el ático también aparecen más Arcángeles, además de incontables angelillos que ocupan cada rincón del retablo.
La bóveda de la Capilla Mayor está decorada con pinturas murales al temple realizadas por Juan de Espinal.
En frente, sobre la puerta de entrada desde la calle, un impresionante órgano de estilo neoclásico rematado con angelitos, y que se sitúa en una tribuna.
Fue restaurado hace unos años (300.000 euros del ala), y se ha tratado en el proceso de restauración de respetar al máximo la factura original así como los materiales utilizados.
Afortunadamente, los que lo han oído sonar coinciden en que ha valido la pena la inversión. Más adelante volveremos a hablar sobre él.
Se grandiosa arquitectura es digna de la enorme riqueza que en ella se encierra, especialmente en cuanto a la imaginería religiosa,
Se trata de una gran iglesia de estilo barroco y planta rectangular, en la que sobresale levemente la cabecera.
El interior de la iglesia está dispuesto en una gran planta, dividida en tres naves, que a su vez se ordenan en cuatro tramos.
La cruz latina se cubre con bóveda de cañón, los demás tramos con bóveda de arista, y el crucero con una gran cúpula con linterna sobre tambor poligonal.
Sobre la zona del crucero se levanta una cúpula, con relieves de los cuatro Evangelistas enmarcados dentro de una ornamentación vegetal.
Todo el conjunto se culmina por medio de una linterna, que permite una buena iluminación.
Todo el conjunto se culmina por medio de una linterna, en la cual se abren varios varios vanos que dan paso a la luz de sol.
En la cabecera de la nave central las columnas tienen una tracería en la que se incluyen símbolos eucarísticos, castillos y leones
La decoración pone una nota de moderado barroquismo al templo.
Junto a la primera columna destaca el Púlpito labrado en mármoles blanco y rosa, y con tornavoz en forma de Concha de Peregrino.
Es de 1734 labrado por el cantarero vasco Vicente Bengoechea.
El de la izquierda es del estepeño Julián del Villar hecho 44 años más tarde siendo copia exacta del original.
Las escaleras de los dos desaparecieron en el siglo XIX.
ALTAR MAYOR
En el Altar Mayor, al fondo del Presbiterio se encuentra el gigantesco y magnífico
Retablo Mayor de este templo del Salvador.
Fue realizado entre 1.770 al 1.779 por el portugués Cayetano de Acosta, según los cánones del más puro barroco sevillano.
Consta de un banco o parte inferior, un gran cuerpo central dividido en tres calles, separadas por vistosas columnas salomónicas, y un ático.
Todo el retablo se organiza alrededor del grupo de la Transfiguración, pues este instante de la vida de Cristo alude el máximo apogeo de su divinidad.
Por este motivo, todos los templos dedicados al Salvador o al Redentor se encuentran presididos por dicha escena.
Es el momento en el que Moisés y Elías, representantes de la Ley, y Los Profetas, conversan con Jesús, declarándolo Mesías y Salvador de la Humanidad, en presencia de los Apóstoles Pedro, Santiago y Juan, con la figura del Padre Eterno sobre todos ellos, afirmando que Jesús es su Hijo y, por tanto, el Elegido.
En las dos calles laterales se disponen seis Arcángeles: (de izquierda a derecha) Yehudiel, Rafael, Baraquiel,
Gabriel, Miguel y Seatiel.
Coronando el ático también aparecen más Arcángeles, además de incontables angelillos que ocupan cada rincón del retablo.
La bóveda de la Capilla Mayor está decorada con pinturas murales al temple realizadas por Juan de Espinal.
En frente, sobre la puerta de entrada desde la calle, un impresionante órgano de estilo neoclásico rematado con angelitos, y que se sitúa en una tribuna.
Fue restaurado hace unos años (300.000 euros del ala), y se ha tratado en el proceso de restauración de respetar al máximo la factura original así como los materiales utilizados.
Afortunadamente, los que lo han oído sonar coinciden en que ha valido la pena la inversión. Más adelante volveremos a hablar sobre él.
Se grandiosa arquitectura es digna de la enorme riqueza que en ella se encierra, especialmente en cuanto a la imaginería religiosa,