SEDE DE
Cofradía del Santo Entierro
Construido en un estilo neoclásico particularmente sobrio, en su exterior el monasterio apenas presenta elementos decorativos, fuera del esquema de impostas lisas y molduraje de placas que recorre sus muros y articulan la fachada
La fachada que corresponde a la iglesia tiene unas molduras más ricas que jerarquizan la fachada y señalan la situación de la iglesia dentro del conjunto.
Su geometría es insistentemente rectilínea.
La fachada busca perspectivas y tener presencia urbana.
La escultura de Santa Ana que figura dentro de una hornacina sobre el dintel de la puerta es obra del siglo XVI y se cree que procede del viejo monasterio.
El frontón que corona la fachada lleva en el tímpano las Armas Reales
. La composición de la fachada y su decoración provienen de la tradición de la arquitectura herreriana que fue retomada en la segunda mitad del siglo XVIII por arquitectos como Ventura Rodríguez.
LA IGLESIA
la iglesia, cuya planta adopta la forma elíptica y se cubre con cúpula con cúpula de la misma forma en la que se abren óculos y una estrecha linterna cilíndrica.
El interior de la iglesia se organiza por medio de pilastras toscanas que sujetan un gran entablamento del mismo orden sobre en que nace la cúpula.
A lo largo del eje mayor de la elipse se engarzan el pórtico de la iglesia, cuadrado y cubierto con cielorraso, la iglesia propiamente dicha, con su forma elíptica, y la capilla mayor, cuadrada y también cubierta con cúpula, que se abre a la elipse a través de un gran arco que sobrepasa el entablemento para que la conxión entre la elipse y la capilla meyor sea lo más intensa posible.
El retablo mayor de la iglesia, situado en la capilla mayor, se organiza por medio de cuatro columnas corintias que soportan un potente entablamento; en su hornacina se encuentra un conjunto escultórico que muestra a Santa Ana, San Joaquín y la Virgen, que data de finales del siglo XVIII.
Cada uno de los seis retablos neoclásicos contiene una importante pintura realizada en 1787, tres por Ramón Bayeu y las otras tres por su cuñado, Francisco de Goya, pasados los cuarenta años.
Las tres de Bayeu, situadas en los tres retablos del lado del Evangelio representan a Santa Escolástica, La Inmaculada con San Francisco y San Antonio, y San Benito y se consideran de las mejores obras de su autor.
Las otras tres, de Goya, se sitúan en los tres retablos del lado de la Epístola. Son interesantes por su mayor calidad artística y por ser representativas de un estilo austero, que recuerda al de Zurbarán, extraño en la obra del genial aragonés. Además, son los únicos cuadros suyos que se conservan en Castilla y León). Se titulan: Santa Ludgarda; La muerte de San José y Los santos Bernardo y Roberto.
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sábado, 4 de febrero de 2017
IGLESIA DE LA SANTA VERA CRUZ DE VALLADOLID
SEDE DE
Cofradía Penitencial de la Santa Vera-Cruz
En pleno centro de Valladolid, al final de la calle de la Platería, se yergue la Iglesia de la Vera Cruz, cuya majestuosa fachada constituye una de las estampas más tradicionales de la ciudad.
Sede y propiedad de la Cofradía del mismo nombre, la mas antigua de las penitenciales vallisoletanas, comenzó a construirse en el último cuarto del siglo XVI, pero hubo de ser reformada y ampliada en la segunda mitad del s. XVII
Inicialmente, la edificación se llevó a cabo siguiendo las trazas de Pedro de Mazuecos el Viejo y el diseño que para la fachada hizo Diego de Praves, uno de los más destacados arquitectos del clasicismo que imperó en nuestra región a caballo de los siglos XVI y XVII.
En virtud de las condiciones impuestas por el cabildo municipal al vender los terrenos a la Cofradía (1582), ésta hubo de respetar un arco previamente construido en ellos.
Aprovechando ese elemento, Praves concibió una monumental fachada que aun podemos admirar.
Los dos pares de columnas que flanquean el acceso principal obligan a elevar la vista hasta encontrarnos con la hornacina que, en tiempos, hubo de ocupar una imagen de la Virgen y hoy nos muestra la de Constantino.
El frontón partido y la Cruz que lo remata completan la calle central de esta fachada, mientras que las laterales se coronan con sendas espadañas.
El gran balcón corrido, típico de las Iglesias Penitenciales, se debe al artífice Juan del Barco, miembro de una importante familia de rejeros.
Si la fachada permanece como resto de la primera etapa constructiva, el interior, tal y como lo conocemos en la actualidad, es el resultado del ensanche al que hemos aludido.
A finales del siglo XVII se realizan las obras de ampliación de la Iglesia.
En la actualidad está formada por una sola nave con bóveda de cañón, con cúpula en el crucero, en sus laterales muy estrechos se encuentran las tribunas, flanqueando el coro alto.
PREBISTERIO
El retablo mayor es churrigueresco del último tercio del siglo XVII, de autor desconocido aunque vinculado a Alonso de Manzano y Blas Martínez de Obregón.
Se bendijo el 11 de Septiembre de 1681, con la entronización en él del Cristo del Humilladero, que hoy se venera en la nave de la epístola. El crucificado ocupaba la parte central, mientras a sus lados se situaban las esculturas de la Virgen y San Juan.
Posee un banco con un único cuerpo de una calle y dos entrecalles, cuyos soportes son columnas salomónicas.
Está profusamente decorado con roleos, cartelas, follaje y motivos vegetales típicos del retablo churrigueresco.
La hornacina central estaba pensada para cobijar el cristo, de ahí que en las entrecalles estén la Virgen y San Juan. En la actualidad está colocado la Dolorosa de la Vera Cruz, una virgen que formaba parte integrante del paso del Descendimiento de Gregorio Fernández sito en esta misma iglesia.
en el ático hay un relieve de Constantino y Santa Elena con la Cruz.
.
LADO DE LA EPÍSTOLA
El colateral retablo gemelo al del Cristo de la Caña
también de Alonso de Manzano que cobija la imagen de Cristo atado a la Columna de Gregorio Fernández.
En el testero del crucero se localzia un hueco donde se guarda el paso de la Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, conocido popularmente como el paso de "La Borriquilla".
La siguiente capilla,
de gran profundidad, guarda uno de los pocos pasos procesionales completos de Gregorio Fernández, el Descendimiento de Cristo.
La siguiente capilla guarda un cristo crucificado manierista del siglo XVI que era el que se encontraba en la Ermita del Humilladero del Campo Grande, de ahí que se denomine Cristo del Humilladero.
Es de un manierismo derivado de Alonso Berruguete.1 La última capilla guarda un retablo del segundo cuarto del siglo XVII con una Virgen Dolorosa también de esa centuria
En sus brazos podemos ver, en el lado izquierdo un retablo salomónico con el Cristo de la Caña y pinturas de San Francisco y Santa Teresa de Andrés Amaya. En su brazo derecho existe otro retablo salomónico con el Cristo atado a la Cruz, ambos Cristo de los dos brazos son obra de Gregorio Fernández, en su parte superior figura una pintura de la Sagrada Familia.
.
LADO DEL EVANGELIO
El retablo colateral es de 1693 realizado por Alonso de Manzano que cobija la escultura del Ecce-Homo de Gregorio Fernández, que en realidad es un cristo coronado de espinas cuya advocación es la del Cristo de la Caña
En el testero del crucero se dispone una hornacina donde se guarda el Lignum Crucis.1 Se trata de una cruz-relicario de plata y bronce sobredorado del primer tercio del siglo XVII y piedras engastadas.
En la tercera capilla se dispone el grupo procesional de la Oración del Huerto de Andrés de Solanes.
En la capilla siguiente hay un retablo rococó de mediados de siglo XVIII con una imagen de vestir.
En la capilla siguiente se dispone un retablo del primer cuarto del siglo XVII de la Virgen del Carmen. La virgen repite modelos de Gregorio Fernández.
En sus naves laterales podemos encontrar distintos retablos que datan de los siglos XVII y XVIII con imágenes de la Virgen de la Soledad, Virgen del Carmen y Virgen de la Paz, y figuras como San José y San Antonio.
Cofradía Penitencial de la Santa Vera-Cruz
En pleno centro de Valladolid, al final de la calle de la Platería, se yergue la Iglesia de la Vera Cruz, cuya majestuosa fachada constituye una de las estampas más tradicionales de la ciudad.
Sede y propiedad de la Cofradía del mismo nombre, la mas antigua de las penitenciales vallisoletanas, comenzó a construirse en el último cuarto del siglo XVI, pero hubo de ser reformada y ampliada en la segunda mitad del s. XVII
Inicialmente, la edificación se llevó a cabo siguiendo las trazas de Pedro de Mazuecos el Viejo y el diseño que para la fachada hizo Diego de Praves, uno de los más destacados arquitectos del clasicismo que imperó en nuestra región a caballo de los siglos XVI y XVII.
En virtud de las condiciones impuestas por el cabildo municipal al vender los terrenos a la Cofradía (1582), ésta hubo de respetar un arco previamente construido en ellos.
Aprovechando ese elemento, Praves concibió una monumental fachada que aun podemos admirar.
Los dos pares de columnas que flanquean el acceso principal obligan a elevar la vista hasta encontrarnos con la hornacina que, en tiempos, hubo de ocupar una imagen de la Virgen y hoy nos muestra la de Constantino.
El frontón partido y la Cruz que lo remata completan la calle central de esta fachada, mientras que las laterales se coronan con sendas espadañas.
El gran balcón corrido, típico de las Iglesias Penitenciales, se debe al artífice Juan del Barco, miembro de una importante familia de rejeros.
Si la fachada permanece como resto de la primera etapa constructiva, el interior, tal y como lo conocemos en la actualidad, es el resultado del ensanche al que hemos aludido.
A finales del siglo XVII se realizan las obras de ampliación de la Iglesia.
En la actualidad está formada por una sola nave con bóveda de cañón, con cúpula en el crucero, en sus laterales muy estrechos se encuentran las tribunas, flanqueando el coro alto.
PREBISTERIO
El retablo mayor es churrigueresco del último tercio del siglo XVII, de autor desconocido aunque vinculado a Alonso de Manzano y Blas Martínez de Obregón.
Se bendijo el 11 de Septiembre de 1681, con la entronización en él del Cristo del Humilladero, que hoy se venera en la nave de la epístola. El crucificado ocupaba la parte central, mientras a sus lados se situaban las esculturas de la Virgen y San Juan.
Posee un banco con un único cuerpo de una calle y dos entrecalles, cuyos soportes son columnas salomónicas.
Está profusamente decorado con roleos, cartelas, follaje y motivos vegetales típicos del retablo churrigueresco.
La hornacina central estaba pensada para cobijar el cristo, de ahí que en las entrecalles estén la Virgen y San Juan. En la actualidad está colocado la Dolorosa de la Vera Cruz, una virgen que formaba parte integrante del paso del Descendimiento de Gregorio Fernández sito en esta misma iglesia.
en el ático hay un relieve de Constantino y Santa Elena con la Cruz.
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LADO DE LA EPÍSTOLA
El colateral retablo gemelo al del Cristo de la Caña
también de Alonso de Manzano que cobija la imagen de Cristo atado a la Columna de Gregorio Fernández.
En el testero del crucero se localzia un hueco donde se guarda el paso de la Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, conocido popularmente como el paso de "La Borriquilla".
La siguiente capilla,
de gran profundidad, guarda uno de los pocos pasos procesionales completos de Gregorio Fernández, el Descendimiento de Cristo.
La siguiente capilla guarda un cristo crucificado manierista del siglo XVI que era el que se encontraba en la Ermita del Humilladero del Campo Grande, de ahí que se denomine Cristo del Humilladero.
Es de un manierismo derivado de Alonso Berruguete.1 La última capilla guarda un retablo del segundo cuarto del siglo XVII con una Virgen Dolorosa también de esa centuria
En sus brazos podemos ver, en el lado izquierdo un retablo salomónico con el Cristo de la Caña y pinturas de San Francisco y Santa Teresa de Andrés Amaya. En su brazo derecho existe otro retablo salomónico con el Cristo atado a la Cruz, ambos Cristo de los dos brazos son obra de Gregorio Fernández, en su parte superior figura una pintura de la Sagrada Familia.
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LADO DEL EVANGELIO
El retablo colateral es de 1693 realizado por Alonso de Manzano que cobija la escultura del Ecce-Homo de Gregorio Fernández, que en realidad es un cristo coronado de espinas cuya advocación es la del Cristo de la Caña
En el testero del crucero se dispone una hornacina donde se guarda el Lignum Crucis.1 Se trata de una cruz-relicario de plata y bronce sobredorado del primer tercio del siglo XVII y piedras engastadas.
En la capilla siguiente hay un retablo rococó de mediados de siglo XVIII con una imagen de vestir.
En la capilla siguiente se dispone un retablo del primer cuarto del siglo XVII de la Virgen del Carmen. La virgen repite modelos de Gregorio Fernández.
En sus naves laterales podemos encontrar distintos retablos que datan de los siglos XVII y XVIII con imágenes de la Virgen de la Soledad, Virgen del Carmen y Virgen de la Paz, y figuras como San José y San Antonio.
CAPILLAS DE LA IGLESIA DE SAN MIGUEL Y SAN JULIÁN DE VALLADOLID
SEPUCRO DE LOS CODES DE FUENSALDAÑA
Los condes se encuentran enterrados en un nicho cuya arquitectura realizó Francisco de Praves hacia 1611, situado en un lateral del presbiterio.
Las figuras de los condes, en oración y arrodillados en sus reclinatorios, fueron labradas en alabastro por Gregorio Fernández hacia 1620.
RETABLOS COLATERALES
Los dos retablos colaterales, de idéntica factura, fueron realizados en 1613 por los ensambladores Cristóbal, Francisco y Juan Velázquez.
retablo de san Ignacio
En 1616 se reformaron y lo fueron de nuevo en 1622 para acoger las esculturas de San Ignacio y San Francisco Javier, de Gregorio Fernández.
Retablo de San Francisco Javier
La arquitectura es manierista, casi barroca. Los dos retablos se destinan a relicarios y contienen numerosos bustos de santos obra también de Gregorio Fernández.
Entre las numerosas capillas, retablos y obras de arte que se encuentran en la iglesia destacan-
LADO DE LA EPISTOLA
Capilla de la Buena Muerte.
Un retablo barroco del siglo XVIII concebido como camarín de tres alturas, con un Calvario central sobre Nuestra Señora de la Amargura,
ambas atribuidas a Juan Alonso Villabrille y Ron, un Cristo yacente de Gregorio Fernández de la década de 1620,
el único del artista, junto a otro en Monforte de Lemos, que es completamente de bulto redondo, sin el cuerpo adherido al sudario, y una Piedad atribuida a Alejandro Carnicero coronando el conjunto.
Son obras de gran devoción en Valladolid, procesionadas en Semana Santa por la Cofradía del Descendimiento.
Capilla de la Inmaculada Concepción
. Retablo rococó del tercer cuarto del siglo XVIII, fue realizado unos años antes de la expulsión de los jesuitas.
La talla de la Inmaculada es del círculo de José de Rozas, realizada hacia 1670, está inspirada en una pintura ya que se dispone con el manto estirado en un plano, y está - Iglesia de S. Miguel y S. Julián acompañada de dos esculturas de jesuitas, de autor anónimo del siglo XVIII.
Capilla de San Siro.
Guarda un retablo barroco del siglo XVIII, con banco, cuerpo principal y ático, éste preparado para incorporar la ventana, está realizado todo el conjunto reaprovechando elementos de otros retablos, probablemente las columnas sean las del retablo mayor de la vieja iglesia de San Miguel, la capilla se decoró después del 1.775.
LADO DEL EVANGELIO
Capilla de la Virgen de Loreto y Santa María Magdalena
está dedicada a la Magdalena, con un retablo de la segunda mitad del siglo XVII que contiene una talla de Magdalena penitente, que unos autores atribuyen a Pedro de Mena y otros dicen que sería de un seguidor de Gregorio Fernández pero imitando a Mena, y una imagen de vestir de Nuestra Señora de Loreto en el cuerpo superior.
Capilla de San Antonio de Padua.
fundada en 1632 por don Juan de Benavente y su hija según la inscripción junto a uno de los escudos. Su advocación tiene que ver con que la primitiva iglesia de la cofradía de San Antonio en la que tomó acomodo la Compañía. La escultura del santo es una imagen de vestir también atribuida a Gregorio Fernández, de su época temprana de producción. Retablo de la Inmaculada. De estilo barroco con influencia rococó, finales del siglo XVIII. Presidido por una Inmaculada con el demonio a sus pies del círculo de Pedro de Sierra, ésta imagen es conocida popularmente con la advocación de la Virgen del Amor Hermoso.
OTRAS DEPENDENCIAS
Retablo de la Virgen del Relicario.
Es hermano al que se encuentra al otro lado del crucero, la talla de la Virgen del rosario del siglo XVII se encuentra en la sacristía y en su lugar está la Virgen Dolorosa de Ángel Trapote, escultor que falleció hace unos años.
Capilla de la Virgen del Carmen.
Con retablo barroco del siglo XVIII, aprovechando elementos de otros retablos, tiene añadidos y reformas posteriores. Esculturas de San Nicolás Tolentino y San Roque del último cuarto del siglo XVII, del círculo de José de Rozas. Una escultura de San Blas de buena factura, que seguramente estaría presidiendo esta capilla.
Capilla relicario.
La sala relicario, presidida por un pequeño retablo con esculturas del taller de Gregorio Fernández, es un lugar mágico, con decenas de relicarios de los más extraños tipos que se entremezclan con esculturas devocionales, creando un mundo dorado lleno de la presencia cuasimágica de las reliquias, un tema tan importante en tras el Concilio de Trento y, por ende, del mundo jesuita
Se accede por puerta y reja del siglo XVII, contiene un rico patrimonio con pequeños relicarios tipo arquetas, brazos, bustos, estatuas, pirámides; imágenes de Pasión, Niños Jesús, Cruces.
Destacar el retablo-relicario que contiene un apostolado completo y los evangelistas de gran perfección y detalle, son de la escuela de Gregorio Fernández.
Existen otras muchas piezas de estimable valor, todo el conjunto se decoró durante la primera mitad del s. XVII en pleno barroco, incluido el zócalo de azulejería castellana a imitación de la de Talavera.
En lado de la Epístola un antepresbiterio por el que se accede a la antesacristía, en la que se expone una Sagrada Familia de 1662 de Diego González de Vega. y la sacristía, dos espacios rectangulares en diagonal al eje de la iglesia, adosados a la cabecera, de planta rectangular y con bóveda de cañon con lunetos decoradas con yesería;
Los condes se encuentran enterrados en un nicho cuya arquitectura realizó Francisco de Praves hacia 1611, situado en un lateral del presbiterio.
Las figuras de los condes, en oración y arrodillados en sus reclinatorios, fueron labradas en alabastro por Gregorio Fernández hacia 1620.
RETABLOS COLATERALES
Los dos retablos colaterales, de idéntica factura, fueron realizados en 1613 por los ensambladores Cristóbal, Francisco y Juan Velázquez.
retablo de san Ignacio
En 1616 se reformaron y lo fueron de nuevo en 1622 para acoger las esculturas de San Ignacio y San Francisco Javier, de Gregorio Fernández.
Retablo de San Francisco Javier
La arquitectura es manierista, casi barroca. Los dos retablos se destinan a relicarios y contienen numerosos bustos de santos obra también de Gregorio Fernández.
Entre las numerosas capillas, retablos y obras de arte que se encuentran en la iglesia destacan-
LADO DE LA EPISTOLA
Capilla de la Buena Muerte.
Un retablo barroco del siglo XVIII concebido como camarín de tres alturas, con un Calvario central sobre Nuestra Señora de la Amargura,
ambas atribuidas a Juan Alonso Villabrille y Ron, un Cristo yacente de Gregorio Fernández de la década de 1620,
el único del artista, junto a otro en Monforte de Lemos, que es completamente de bulto redondo, sin el cuerpo adherido al sudario, y una Piedad atribuida a Alejandro Carnicero coronando el conjunto.
Son obras de gran devoción en Valladolid, procesionadas en Semana Santa por la Cofradía del Descendimiento.
Capilla de la Inmaculada Concepción
. Retablo rococó del tercer cuarto del siglo XVIII, fue realizado unos años antes de la expulsión de los jesuitas.
La talla de la Inmaculada es del círculo de José de Rozas, realizada hacia 1670, está inspirada en una pintura ya que se dispone con el manto estirado en un plano, y está - Iglesia de S. Miguel y S. Julián acompañada de dos esculturas de jesuitas, de autor anónimo del siglo XVIII.
Capilla de San Siro.
Guarda un retablo barroco del siglo XVIII, con banco, cuerpo principal y ático, éste preparado para incorporar la ventana, está realizado todo el conjunto reaprovechando elementos de otros retablos, probablemente las columnas sean las del retablo mayor de la vieja iglesia de San Miguel, la capilla se decoró después del 1.775.
LADO DEL EVANGELIO
Capilla de la Virgen de Loreto y Santa María Magdalena
está dedicada a la Magdalena, con un retablo de la segunda mitad del siglo XVII que contiene una talla de Magdalena penitente, que unos autores atribuyen a Pedro de Mena y otros dicen que sería de un seguidor de Gregorio Fernández pero imitando a Mena, y una imagen de vestir de Nuestra Señora de Loreto en el cuerpo superior.
Capilla de San Antonio de Padua.
fundada en 1632 por don Juan de Benavente y su hija según la inscripción junto a uno de los escudos. Su advocación tiene que ver con que la primitiva iglesia de la cofradía de San Antonio en la que tomó acomodo la Compañía. La escultura del santo es una imagen de vestir también atribuida a Gregorio Fernández, de su época temprana de producción. Retablo de la Inmaculada. De estilo barroco con influencia rococó, finales del siglo XVIII. Presidido por una Inmaculada con el demonio a sus pies del círculo de Pedro de Sierra, ésta imagen es conocida popularmente con la advocación de la Virgen del Amor Hermoso.
OTRAS DEPENDENCIAS
Retablo de la Virgen del Relicario.
Es hermano al que se encuentra al otro lado del crucero, la talla de la Virgen del rosario del siglo XVII se encuentra en la sacristía y en su lugar está la Virgen Dolorosa de Ángel Trapote, escultor que falleció hace unos años.
Capilla de la Virgen del Carmen.
Con retablo barroco del siglo XVIII, aprovechando elementos de otros retablos, tiene añadidos y reformas posteriores. Esculturas de San Nicolás Tolentino y San Roque del último cuarto del siglo XVII, del círculo de José de Rozas. Una escultura de San Blas de buena factura, que seguramente estaría presidiendo esta capilla.
Capilla relicario.
La sala relicario, presidida por un pequeño retablo con esculturas del taller de Gregorio Fernández, es un lugar mágico, con decenas de relicarios de los más extraños tipos que se entremezclan con esculturas devocionales, creando un mundo dorado lleno de la presencia cuasimágica de las reliquias, un tema tan importante en tras el Concilio de Trento y, por ende, del mundo jesuita
Se accede por puerta y reja del siglo XVII, contiene un rico patrimonio con pequeños relicarios tipo arquetas, brazos, bustos, estatuas, pirámides; imágenes de Pasión, Niños Jesús, Cruces.
Destacar el retablo-relicario que contiene un apostolado completo y los evangelistas de gran perfección y detalle, son de la escuela de Gregorio Fernández.
Existen otras muchas piezas de estimable valor, todo el conjunto se decoró durante la primera mitad del s. XVII en pleno barroco, incluido el zócalo de azulejería castellana a imitación de la de Talavera.
En lado de la Epístola un antepresbiterio por el que se accede a la antesacristía, en la que se expone una Sagrada Familia de 1662 de Diego González de Vega. y la sacristía, dos espacios rectangulares en diagonal al eje de la iglesia, adosados a la cabecera, de planta rectangular y con bóveda de cañon con lunetos decoradas con yesería;