El llamado plato 'Dos y pringada' es típico de la provincia de Zamora, es el almuerzo de la mañana del Domingo de Resurrección.
S e toma después de la procesión la Cofradía de la Santísima Resurrección.
Este plato típico zamorano consiste en dos huevos fritos, dos o tres magras de cerdo pasadas por la sartén, y pan. La magra de cerdo es jamón serrano a medio curar, o incluso puede ser también fresco.
Éste es el plato típico de Zamora para comenzar bien el Domingo de Resurrección.
Con este desayuno se indica que se da por finalizado el ayuno de la Cuaresma, dado que se puede comenzar a comer carne, que minutos antes estaba prohibida.
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sábado, 16 de abril de 2011
COFRADÍA DEL STMO CRISTO DEL ESPÍRITU SANTO DE ZAMORA
HERMANDAD PENITENCIAL DEL SANTO CRISTO DEL ESPÍRITU SANTO
El emblema de la hermandad está formado por una Cruz latina, símbolo de la redención de Cristo, rodeada por una corona de espinas, atributo de la pasión de Nuestro Señor. En el cruce de los brazos de la cruz, aparece una paloma en actitud descendente que simboliza la venida del Espíritu Santo, titular de la iglesia sede de la hermandad y de la advocación de nuestro Santísimo Cristo. El diseño, obra de José María Lozano Lorenzo, consultor artístico de la hermandad, fue seleccionado entre cuatro proyectos presentados.
HISTORIA
La fundación de la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo se inscribe en las últimas fases de un proceso de renovación general de la Semana Santa de la ciudad.
Esta fase comienza a mediados de la década de los 50 y va a tener como principales protagonistas, a miembros de las generaciones más jóvenes de las familias semanasanteras de Zamora.
En el verano de 1974, un grupo de zamoranos encabezados por Francisco Gustavo Cuesta de Reyna proyecta la fundación de una nueva hermandad destinada a promover el culto a Cristo en torno a la imagen del crucificado que había aparecido unos años antes en la iglesia del Espíritu Santo.
Eran jovenes de la ciudad que quieren incorporarse a la Semana Santa y procesionar el Viernes de Dolores.
La hermandad no va a contar con el apoyo inicial de la Junta Pro Semana Santa. El argumento de ésta estribaba en que la cofradía había considerado celebrar su salida procesional un viernes de cuaresma -fuera de la semana Santa-, y fuera por tanto de las competencias estatutarias de la misma. En un plano más subjetivo la corporación de cofradías opinaba que ese impulso fundacional tendría un mejor destino en el refuerzo de cofradías ya existentes -y que no atravesaban buenos momentos-, como la Vera Cruz. Por todo esto el consejo rector de la misma acuerda no acceder a la pretendida fundación de la hermandad (…) salvo el mejor criterio del Obispado (…).
La comisión fundadora rectificará el proyecto, planteando que la procesión se celebrara el Domingo de Ramos o el Miércoles Santo, y lo remite nuevamente a la Junta, que en reunión plenaria debate la propuesta y decide posponer la votación para la siguiente asamblea.
Sin embargo, el Obispado –con la sede vacante-, sí va a acoger el proyecto con entusiasmo: tanto el Administrador Apostólico de Zamora, como la curia, cuya fiscalía emitirá un informe positivo, que no exige el aval a la Junta Pro Semana Santa. Este informe le anima a mantener la idea de celebrar la procesión durante la Cuaresma, lo que no deja de ser significativo, teniendo en cuenta que éste era el argumento oficial de la Junta Pro Semana Santa para no apoyar la fundación.
El 12 de diciembre de 1974, Don Antonio Briva Miravent, Obispo metropolitano de Astorga y Administrador Apostólico de la sede vacante de Zamora, aprueba la constitución canónica de la hermandad y firma sus primeros estatutos.
La Junta Pro Semana Santa recibe con cierto malestar la noticia y finalmente va a desestimar la solicitud de ingreso de la hermandad en su asamblea del 21 de diciembre de ese mismo año. En ella retoman su argumento inicial de no considerar de su competencia a una hermandad que iba a celebrar su procesión fuera de la Semana Santa. Sin duda este rechazo iba a condicionar las relaciones entre ambas corporaciones hasta finales de la década de los 90.
La hermandad se fundaba con el objeto de promover la fe y la piedad, practicar la penitencia e incrementar el culto público a nuestro Redentor bajo la advocación del Cristo del Espíritu Santo, según el capítulo 1º de sus primeros estatutos.
Tras la primera procesión, celebrada el 21 de Marzo de 1975, la hermandad volverá a solicitar el ingreso en la Junta, pero para esos momentos, el criterio del Cabildo Mayor ya no era unánime y se producen algunos discursos contradictorios que la Junta no sabe como interpretar. La aparición de una serie de escritos anónimos en la prensa -que presentaban a la hermandad como una víctima de la Junta Pro Semana Santa-, tensó las posturas, provocando que tanto una como otra se enrocaran en sus argumentos (ambas exigían una petición del otro como requisito indispensable para desbloquear el proceso). En 1977 el asunto queda definitivamente en vía muerta.
En los años siguientes la dialéctica entre la hermandad y la Junta Pro Semana Santa será complicada. Con el paso de los años las relaciones se fueron amoldando a posiciones cordiales y de respeto mutuo.
El debate no reaparece hasta 1996, pero el Cabildo Mayor de la hermandad sigue enrocado en su postura de 1977: la invitación para el ingreso en la Junta Pro Semana Santa debería venir de la propia Junta. Finalmente en 1998, la Junta da el paso e invita a la hermandad a ingresar en su seno. El Cabildo Mayor de la hermandad lo aprobará el 14 de febrero, 25 años después de su fundación.
Los fundadores diseñaron una hermandad de “estilo medieval”, con fuertes reminiscencias monacales, que van desde la nomenclatura aplicada a sus cargos directivos y órganos de representación (abad, vice-abad, cabildo menor y mayor, etc.), a la estética de su procesión. Resulta curioso reseñar que el artículo 2 del proyecto de estatutos y el artículo 3 de los estatutos fundacionales, añaden el adjetivo “castellano” a religioso, austero y penitente, para referirse al espíritu de la hermandad. A partir de 1980 este término se cambia por “zamorano”.
Sin duda hay un marcado paralelismo -en el espíritu penitencial y las fuentes estéticas-, con otras cofradías contemporáneas como la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, así como con las hermandades fundadas a partir de 1950 -la Hermandad de Penitencia, y la Hermandad Penitencial de las Siete Palabras-. De hecho las relaciones con estas dos hermandades serán estrechas desde los primeros momentos (la hermandad de las Siete Palabras medió ante la Junta Pro Semana Santa para conseguir el ingreso de la hermandad, y le prestó diversos enseres en los primeros años; por su parte la Hermandad de la Buena Muerte celebro conjuntamente con nuestra hermandad el X aniversario fundacional en 1984, con una eucaristía en la Catedral).
En un principio solo podían formar parte de la hermandad los varones, según el artículo 5 de sus estatutos fundacionales. La participación de la mujer, bien en la procesión, bien en la cofradía como hermanas de derecho, se planteó en varias ocasiones. De hecho 1979 –en un contexto en el que las mujeres comienzan a integrarse en las cofradías en otros lugares de España-, nueve mujeres solicitan formalmente su ingreso en la cofradía, petición que será rechazada por mayoría en 1980.
A partir de 2006 la hermandad comienza un nuevo proceso de reforma de sus estatutos. En esta ocasión motivado por la necesidad de adaptarlos al Estatuto Marco para cofradías y hermandades dictado por el Obispado. Este estatuto planteaba, entre otras muchas cuestiones, la incorporación de la mujer a las cofradías con plenos derechos y deberes. El Cabildo Mayor se posiciono contrario a este punto en varias ocasiones, pero a instancias de la fiscalía diocesana las reformas que prescribía el Estatuto Marco tuvieron que hacerse efectivas.
Finalmente los nuevos estatutos, que permiten el ingreso de mujeres en la hermandad, fueron firmados por el Obispo el 31 de mayo de 2010. En la actualidad la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo es una cofradía mixta y está formada por 1.095 hermanos y hermanas.
IMAGEN TITULAR SANTÍSIMO CRISTO DEL ESPÍRITU SANTO
SU SEDE CANÓNICA IGLESIA DEL ESPÍRITU SANTO
HERMANOS NAZARENOS
El hábito diseñado para la hermandad refleja perfectamente el espíritu fundacional de la misma. Sus creadores habían planteado una hermandad humilde y austera, con fuertes reminiscencias monacales -ligadas a pasado abacial y clerical de la iglesia que constituía su sede canónica-, y fuertemente influenciada por el medievalismo de su imagen titular.
En colaboración con la firma García Casado Hermanos, se diseña una túnica inspirada en los hábitos talares cistercienses, formado por una sotana de estameña o lana blanca ceñida con un cíngulo de esparto -de cuatro nudos-, al lado derecho.
La cabeza se cubre con una cogulla o capillo que cae sobre la espalda y el pecho. La capucha está adornada con una trama de costuras en zigzag, que recuerdan a los “picados” de las capas de pastor o “de honras” de las comarcas zamoranas de Alba y Aliste, o la “Terra de Miranda”, en Tras-os-Montes. El emblema aparece “picado” sobre el capillo, en la pieza que cae sobre la parte delantera.
El uso de un tejido como la estameña aseguraba un coste económico e incidía en el carácter austero de la hermandad; además el hecho de que las túnicas de estameña fueran usadas por otras cofradías -desde su introducción por la Cofradía del Silencio en 1925-, posibilitaba un uso compartido, haciendo aún más asequible su adquisición.
El proyecto inicial contemplaba el uso de sandalias franciscanas negras aunque este uso era voluntario y no será hasta 1992, cuando éstas serán introducidas como elemento obligatorio del hábito de la hermandad.
El sistema de iluminación fue cambiando a lo largo del tiempo. En el proyecto original planteaba que los hermanos portaran faroles de mano. La falta de recursos motivó que finalmente los hermanos llevaran velones de color ocre que se utilizaron hasta 1980. En ese año comienzan a utilizarse antorchas o teas -sujetas en un antorchero diseñado por Javier Escudero Arias-, y que proporcionaban una atmósfera más medieval a la procesión.
Los problemas derivados del uso de los antorcheros y especialmente el elevado coste de las teas, motivó que la hermandad retomara el proyecto de los faroles de mano. Con un diseño de Miguel Fernández Calles, inspirado en los que iluminan al campanil procesional, los nuevos faroles fueron estrenados en 1991.
ESTACIÓN DE PENITENCIA EL VIERNES DE DOLORES
http://emiliofraile.blogspot.com.es/2010/04/espera-dentro-de-la-catedral-cofradia.html
El emblema de la hermandad está formado por una Cruz latina, símbolo de la redención de Cristo, rodeada por una corona de espinas, atributo de la pasión de Nuestro Señor. En el cruce de los brazos de la cruz, aparece una paloma en actitud descendente que simboliza la venida del Espíritu Santo, titular de la iglesia sede de la hermandad y de la advocación de nuestro Santísimo Cristo. El diseño, obra de José María Lozano Lorenzo, consultor artístico de la hermandad, fue seleccionado entre cuatro proyectos presentados.
HISTORIA
La fundación de la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo se inscribe en las últimas fases de un proceso de renovación general de la Semana Santa de la ciudad.
Esta fase comienza a mediados de la década de los 50 y va a tener como principales protagonistas, a miembros de las generaciones más jóvenes de las familias semanasanteras de Zamora.
En el verano de 1974, un grupo de zamoranos encabezados por Francisco Gustavo Cuesta de Reyna proyecta la fundación de una nueva hermandad destinada a promover el culto a Cristo en torno a la imagen del crucificado que había aparecido unos años antes en la iglesia del Espíritu Santo.
Eran jovenes de la ciudad que quieren incorporarse a la Semana Santa y procesionar el Viernes de Dolores.
La hermandad no va a contar con el apoyo inicial de la Junta Pro Semana Santa. El argumento de ésta estribaba en que la cofradía había considerado celebrar su salida procesional un viernes de cuaresma -fuera de la semana Santa-, y fuera por tanto de las competencias estatutarias de la misma. En un plano más subjetivo la corporación de cofradías opinaba que ese impulso fundacional tendría un mejor destino en el refuerzo de cofradías ya existentes -y que no atravesaban buenos momentos-, como la Vera Cruz. Por todo esto el consejo rector de la misma acuerda no acceder a la pretendida fundación de la hermandad (…) salvo el mejor criterio del Obispado (…).
La comisión fundadora rectificará el proyecto, planteando que la procesión se celebrara el Domingo de Ramos o el Miércoles Santo, y lo remite nuevamente a la Junta, que en reunión plenaria debate la propuesta y decide posponer la votación para la siguiente asamblea.
Sin embargo, el Obispado –con la sede vacante-, sí va a acoger el proyecto con entusiasmo: tanto el Administrador Apostólico de Zamora, como la curia, cuya fiscalía emitirá un informe positivo, que no exige el aval a la Junta Pro Semana Santa. Este informe le anima a mantener la idea de celebrar la procesión durante la Cuaresma, lo que no deja de ser significativo, teniendo en cuenta que éste era el argumento oficial de la Junta Pro Semana Santa para no apoyar la fundación.
El 12 de diciembre de 1974, Don Antonio Briva Miravent, Obispo metropolitano de Astorga y Administrador Apostólico de la sede vacante de Zamora, aprueba la constitución canónica de la hermandad y firma sus primeros estatutos.
La Junta Pro Semana Santa recibe con cierto malestar la noticia y finalmente va a desestimar la solicitud de ingreso de la hermandad en su asamblea del 21 de diciembre de ese mismo año. En ella retoman su argumento inicial de no considerar de su competencia a una hermandad que iba a celebrar su procesión fuera de la Semana Santa. Sin duda este rechazo iba a condicionar las relaciones entre ambas corporaciones hasta finales de la década de los 90.
La hermandad se fundaba con el objeto de promover la fe y la piedad, practicar la penitencia e incrementar el culto público a nuestro Redentor bajo la advocación del Cristo del Espíritu Santo, según el capítulo 1º de sus primeros estatutos.
Tras la primera procesión, celebrada el 21 de Marzo de 1975, la hermandad volverá a solicitar el ingreso en la Junta, pero para esos momentos, el criterio del Cabildo Mayor ya no era unánime y se producen algunos discursos contradictorios que la Junta no sabe como interpretar. La aparición de una serie de escritos anónimos en la prensa -que presentaban a la hermandad como una víctima de la Junta Pro Semana Santa-, tensó las posturas, provocando que tanto una como otra se enrocaran en sus argumentos (ambas exigían una petición del otro como requisito indispensable para desbloquear el proceso). En 1977 el asunto queda definitivamente en vía muerta.
En los años siguientes la dialéctica entre la hermandad y la Junta Pro Semana Santa será complicada. Con el paso de los años las relaciones se fueron amoldando a posiciones cordiales y de respeto mutuo.
El debate no reaparece hasta 1996, pero el Cabildo Mayor de la hermandad sigue enrocado en su postura de 1977: la invitación para el ingreso en la Junta Pro Semana Santa debería venir de la propia Junta. Finalmente en 1998, la Junta da el paso e invita a la hermandad a ingresar en su seno. El Cabildo Mayor de la hermandad lo aprobará el 14 de febrero, 25 años después de su fundación.
Los fundadores diseñaron una hermandad de “estilo medieval”, con fuertes reminiscencias monacales, que van desde la nomenclatura aplicada a sus cargos directivos y órganos de representación (abad, vice-abad, cabildo menor y mayor, etc.), a la estética de su procesión. Resulta curioso reseñar que el artículo 2 del proyecto de estatutos y el artículo 3 de los estatutos fundacionales, añaden el adjetivo “castellano” a religioso, austero y penitente, para referirse al espíritu de la hermandad. A partir de 1980 este término se cambia por “zamorano”.
Sin duda hay un marcado paralelismo -en el espíritu penitencial y las fuentes estéticas-, con otras cofradías contemporáneas como la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, así como con las hermandades fundadas a partir de 1950 -la Hermandad de Penitencia, y la Hermandad Penitencial de las Siete Palabras-. De hecho las relaciones con estas dos hermandades serán estrechas desde los primeros momentos (la hermandad de las Siete Palabras medió ante la Junta Pro Semana Santa para conseguir el ingreso de la hermandad, y le prestó diversos enseres en los primeros años; por su parte la Hermandad de la Buena Muerte celebro conjuntamente con nuestra hermandad el X aniversario fundacional en 1984, con una eucaristía en la Catedral).
En un principio solo podían formar parte de la hermandad los varones, según el artículo 5 de sus estatutos fundacionales. La participación de la mujer, bien en la procesión, bien en la cofradía como hermanas de derecho, se planteó en varias ocasiones. De hecho 1979 –en un contexto en el que las mujeres comienzan a integrarse en las cofradías en otros lugares de España-, nueve mujeres solicitan formalmente su ingreso en la cofradía, petición que será rechazada por mayoría en 1980.
A partir de 2006 la hermandad comienza un nuevo proceso de reforma de sus estatutos. En esta ocasión motivado por la necesidad de adaptarlos al Estatuto Marco para cofradías y hermandades dictado por el Obispado. Este estatuto planteaba, entre otras muchas cuestiones, la incorporación de la mujer a las cofradías con plenos derechos y deberes. El Cabildo Mayor se posiciono contrario a este punto en varias ocasiones, pero a instancias de la fiscalía diocesana las reformas que prescribía el Estatuto Marco tuvieron que hacerse efectivas.
Finalmente los nuevos estatutos, que permiten el ingreso de mujeres en la hermandad, fueron firmados por el Obispo el 31 de mayo de 2010. En la actualidad la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo es una cofradía mixta y está formada por 1.095 hermanos y hermanas.
IMAGEN TITULAR SANTÍSIMO CRISTO DEL ESPÍRITU SANTO
SU SEDE CANÓNICA IGLESIA DEL ESPÍRITU SANTO
HERMANOS NAZARENOS
El hábito diseñado para la hermandad refleja perfectamente el espíritu fundacional de la misma. Sus creadores habían planteado una hermandad humilde y austera, con fuertes reminiscencias monacales -ligadas a pasado abacial y clerical de la iglesia que constituía su sede canónica-, y fuertemente influenciada por el medievalismo de su imagen titular.
En colaboración con la firma García Casado Hermanos, se diseña una túnica inspirada en los hábitos talares cistercienses, formado por una sotana de estameña o lana blanca ceñida con un cíngulo de esparto -de cuatro nudos-, al lado derecho.
La cabeza se cubre con una cogulla o capillo que cae sobre la espalda y el pecho. La capucha está adornada con una trama de costuras en zigzag, que recuerdan a los “picados” de las capas de pastor o “de honras” de las comarcas zamoranas de Alba y Aliste, o la “Terra de Miranda”, en Tras-os-Montes. El emblema aparece “picado” sobre el capillo, en la pieza que cae sobre la parte delantera.
El uso de un tejido como la estameña aseguraba un coste económico e incidía en el carácter austero de la hermandad; además el hecho de que las túnicas de estameña fueran usadas por otras cofradías -desde su introducción por la Cofradía del Silencio en 1925-, posibilitaba un uso compartido, haciendo aún más asequible su adquisición.
El proyecto inicial contemplaba el uso de sandalias franciscanas negras aunque este uso era voluntario y no será hasta 1992, cuando éstas serán introducidas como elemento obligatorio del hábito de la hermandad.
El sistema de iluminación fue cambiando a lo largo del tiempo. En el proyecto original planteaba que los hermanos portaran faroles de mano. La falta de recursos motivó que finalmente los hermanos llevaran velones de color ocre que se utilizaron hasta 1980. En ese año comienzan a utilizarse antorchas o teas -sujetas en un antorchero diseñado por Javier Escudero Arias-, y que proporcionaban una atmósfera más medieval a la procesión.
Los problemas derivados del uso de los antorcheros y especialmente el elevado coste de las teas, motivó que la hermandad retomara el proyecto de los faroles de mano. Con un diseño de Miguel Fernández Calles, inspirado en los que iluminan al campanil procesional, los nuevos faroles fueron estrenados en 1991.
ESTACIÓN DE PENITENCIA EL VIERNES DE DOLORES
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SEDE DE LA COFRADÍA DEL ESPÍRITU SANTO ZAMORA
IGLESIA DEL ESPÍRITU SANTO
La iglesia románica del Espíritu Santo se alza, extramuros, al noroeste de la ciudad, en el arrabal del Espíritu Santo.
Fue parroquia hasta 1895, momento en el que desaparece su circunscripción y pasa a ser aneja de la parroquia de San Lázaro. En 1987 se restaura su condición parroquial pasando a depender de ella, la ermita del Cristo de Valderrey.
La iglesia fue fundada, edificada y dotada por el maestro Juan, deán de Zamora, y consagrada el 12 de junio de 1211 por Martín, obispo de Zamora, junto con un obispo de Coria y otro portugués, según consta en acta conservada en el Archivo Histórico Diocesano,probablemente Pascua de Pentecostés.
En 1222 el rey Rey Alfonso IX la acogió bajo su protección, junto al hospital que con el mismo nombre existió junto a ella.
La iglesia de reducidas dimensiones, es la prototípica del románico rural.
Consta de una sola nave y está rematada por cabecera plana.
La portada de acceso, de medio punto, se abre en el muro sur.
Su austeridad arquitectónica emparenta con su austeridad decorativa, destacando el rosetón que se abre en el testero y las ménsulas que rematan la cubierta.
La capilla se cubre con bóveda de cañón apuntado y la nave con una armadura de madera que desde mediados del s. XX, sustituye a la anterior, del s. XV y factura morisca, perdida en 1942.
En su interior destaca una imposta de “tipo zamorano” que recorre todo el interior y la estatua yacente del nicho del abad Franco de Rivera (1350).
De época barroca se conserva un gran lienzo que representa la venida del Espíritu Santo en la Pascua de Pentecostés. Además de la armadura morisca, la iglesia perdió un claustro que aún se conservaba en 1803.
La iglesia fue reformada en 1963, momento en el que se “desnudan” sus muros, y se retiran el púlpito, la tribuna y los retablos.
En el transcurso de estas obras aparece emparedada la imagen del Cristo que posteriormente se llamará del Espíritu Santo.
En la nueva decoración colaboran los artistas zamoranos Luis Quico, que realiza las vidrieras, Higinio Vázquez, que hace el sagrario, una imagen de la virgen y unos candelabros, y Tomás Crespo que hizo unos apliques y la lámpara central (hoy retirados).
En 1975 la iglesia fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC).
A lo largo de los años 2010 y 2011 la iglesia es intervenida de forma integral dentro del programa Zamora Románica.
jueves, 14 de abril de 2011
IGLESIA DE SAN FROSTIS DE ZAMORA
Siglo XII
De su construcción románica original hoy queda la cabecera
La iglesia está dedicada a san Frontis, patrono de la provincia francesa de Périgord, toda vez que su fundación se debe a un canónigo de aquella procedencia llamado Aldovino.
En su origen fue un albergue de peregrinos. Fue fundada por Don Aldovino, natural del Périgueux -en la vía Lemovicense del "Camino Francés"- que yace aquí, enterrado en el año 1215. Su nombre deriva de la advocación de la sede de procedencia del fundador, Saint Front.
Se conoce el dato por la inscripción que se encuentra en uno de los muros y que hace referencia a ese hecho y a que el fallecimiento del personaje se produjo en 1215.
Esta iglesia tenía una sola nave rectangular, su cubierta de madera, y cuenta con la peculiaridad que la capilla mayor es casi tan grande como ella e incluso ligeramente más ancha
En el siglo XVI se añadió en el lado meridional una nueva nave, comunicada con la anterior mediante dos arcos de distinto tamaño abiertos en el muro original.
De esta nave, se aprovechó la portada de arco apuntado anterior.
El aspecto del conjunto actual es el resultado de múltiples reformas y aditamentos recientes que han hecho desaparecer la primitiva configuración.
Hoy cumple funciones parroquiales para el barrio de San Frontis.
Consta el templo de dos naves más una serie de dependencias anexas al costado meridional.
El acceso se realiza por la fachada de esta orientación.
Sólo el espacio absidal corresponde a la primitiva construcción, siendo los demás añadidos del siglo XVII y posteriores.
Es el único elemento que aún conserva parte de su hechura románica tardía. De traza hemiexagonal presenta robustos contrafuertes exteriores en las aristas de unión de los paños murales.
La bóveda actual que lo cubre es, aunque de aspecto gótico, del siglo XIX.
Una ventana de doble abocinamiento liso abierta en el lienzo central del ábside aporta la iluminación requerida.
En su interior se custodia el Nazareno de San Frontis, talla de vestir anónima de la primera mitad del siglo XVII.
Llegó a la iglesia en 1800, procedente de la desaparecida ermita de la Cruz. Su traslado a la Catedral marca el inicio de la Semana Santa de Zamora.
martes, 12 de abril de 2011
PASOS DEL DULCE NOMBRE JESÚS NAZARENO LEÓN
TRECE PASOS
ORACIÓN EN EL HUERTO
El conjunto escultórico de la Oración en el Huerto que actualmente abre la Procesión de los Pasos se estrenó en 1952, siendo Abad de la Cofradía el Hno.Carlos Arias Alonso.
La obra del imaginero cántabro Víctor de los Ríos fue portada entonces por 24 braceros, y como particularidad de ese año destacar que el trono era más ancho que largo, mostrando una disposición de figuras emparejadas, y no enfrentadas como procesionan en la actualidad.
Esta agonía en Getsemaní nos muestra a Cristo orando, con una mirada profunda y cansada, suplicante al Padre, a la vez que asume la responsabilidad deposita en Él.
Con la rodilla izquierda clavada en el suelo mientras estira el brazo hacia el olivo, donde un ángel le reconforta y ofrece el cáliz de la amargura.
Anteriormente habia otro paso
Tras la Guerra de la Independencia, y reorganizarse la Cofradía, aparecen las primeras referencias al paso de la Oración en el Huerto.
En 1815 se realiza un abono al Maestro Bernardo Pérez por la hechura del antiguo paso de la Oración, con un coste de 370 reales, aunque se trata de la primera referencia en los libros de cuentas de la Cofradía sobre este conjunto.
Esta antigua Oración, como la actual, estaba compuesta por las imágenes de Jesús y un ángel, siendo la imagen del Señor de las denominadas de bastidor, es decir, tenía tallados cabeza y manos, siendo el cuerpo de vestir, contando con camisa, túnica y cordón, así como una peluca de pelo natural que se solía rizar todas las Semanas Santas, mientras que el ángel era una talla de reducido tamaño.
El paso actual tiene un peso aproximado de 1050 kilogramos y es portado por 84 braceros.
Se asienta sobre un trono de metal labrado diseñado por Víctor de Ríos y ampliado y reformado en la década de los 90 por el grupo de montaje de la Cofradía.
Le precede la bandera con las siglas JHS.
EL PRENDIMIENTO
Este paso en obra del escultor leonés Angel Estrada Escanciano, y su estreno se realizó en 1964, siendo Abad de la Cofradía el Hno. Onésimo Gutiérrez Lobo.
El conjunto venía a sustituir al antiguo Beso de Judas, nombre con el que era conocido el paso que desde 1944.
Compuesto por cuatro figuras: Jesús y Judas, en acción éste último de besar a Cristo, con la bolsa de monedas en la mano izquierda, mientras dos romanos se mantienen expectantes para apresar al Mesías.
El conjunto se articula en dos bloques. En el primero de ellos, y sobre un pequeño montículo consta de las imágenes de Jesús, con un aspecto sereno mientras que en su mirada se plasma la tensión del pasaje evangélico, Judas El Iscariote se aproxima a Cristo para darle un beso, señal convenida para identificar al Rabí.
Pedro, enjuto de carnes y semblante desolado, dirige su mirada y señala a la cohorte, dispuesto a impedir el prendimiento del Mesías.
El segundo grupo que completa la escena está compuesto por dos soldados romanos con las espadas desenvainadas, que escoltan a un Sumo Sacerdote, que se dirigen a apresar a Jesús, bajo la indicación del citado representante del Sanedrín judío.
En la actualidad el paso tiene un peso aproximado de 1300 kilogramos y es pujado por 96 braceros.
El trono fue diseñado por Melchor Gutiérrez San Martín en el año 1985 y modificado por él mismo en el año 2001. Le precede su bandera con la sigla “S”.
LA FRAGELACIÓN
El Cristo atado a la Columna es la talla más antigua y una de las de mayor calidad que posee la Cofradía.
Atribuida al escultor romanista Gaspar de Becerra, en la segunda mitad del siglo XVI, entre 1558 y 1562, cuando dicho escultor estuvo trabajando en el retablo de la Catedral de Astorga.
Nos presenta la tipología de un Cristo de gran piedad, abrazado a una columna alta, tipología típica de ese periodo, estando la misma coronada por un gallo, como símbolo de las negaciones de Pedro.
La imagen es de tamaño algo menor del natural, y se desconoce como llegó a propiedad de la Cofradía y desde cuando forma parte de las procesiones organizadas por ésta. Cabría la posibilidad de que ésta llegara mediante algún tipo de donación, o bien, hubiera sido comprada al propio Convento de Santo Domingo, donde tenía capilla propia la Cofradía, o a algún otro monasterio o parroquia tras la desamortización de Sánchez Mendizábal.
Lo que si consta en los exiguos archivos de la Cofradía y los libros de cuentas que han llegado hasta nosotros, es que en el siglo XVIII ya figuraba entre los pasos que procesionaba la hermandad, siendo denominado en algunos documentos antiguos como el Sr. a la Coluniya.
Hasta 1943 no hacen aparición los sayones que completan el conjunto, cuando el Abad, Hno. Gonzalo de Paz del Río, informa que un viaje a Barcelona ha visitado a un “artista especialista en imágenes” y ha contratado los dos sayones que azotan a Cristo y el soldado romano que ambientan la escena, y cuyo coste fue de 10.000 pesetas, siendo su estreno en el año de 1944.
También en ese año se adopta la denominación actual del paso, pasando a llamarse La Flagelación, aunque también es conocido como el Gallo, por el ave que figura en el capitel de la columna.
Tras diversas restauraciones, más o menos afortunadas, se ha realizado una profunda limpieza de la talla en el año 2008, a cargo de la Dirección General de Patrimonio Cultural perteneciente a la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, eliminando distintos repintes y recuperando, en la mayor medida posible, su color original, tal y como la concibió el autor.
En la actualidad el paso tiene un peso aproximado de 1300 kilogramos y es pujado por 96 braceros. El trono fue diseñado por Melchor Gutiérrez San Martín en el año 1985 y modificado por él mismo en el año 2001.
Le precede su bandera con la sigla “S”.
CORONACIÓN DE ESPINA
Obra del escultor zamorano Higino Vázquez, en 1977.
En este conjunto se nos representa el momento en que Cristo es coronado como Rey, entre la burla y el escarnio de la soldadesca romana que presencia dicho acto.
Lo anecdótico de este paso es que el propio autor del mismo se autorretrató en la efigie el burlón borrachín que nos muestra a Cristo Rey.
Fue en la procesión de los Pasos de 1977 cuando la cofradía de Jesús Nazareno estrenó el nuevo paso de la Coronación de Espinas, una obra excelente entregada por el escultor zamorano Higinio Vázquez García.
El misterio sustituyó a un conjunto anterior de tres imágenes, adquirido en 1908 a los talleres de Arte Cristiano de Olot, que a su vez vino a suplir, la única figura que quedó del paso de la Coronación, encargado a imitación del que tenía la cofradía de la Vera Cruz de Valladolid, y contratado por la cofradía en 1675 al escultor Francisco Díez de Tudanca, en sustitución, a su vez, de otro conjunto que tenía la cofradía de Jesús Nazareno, cuyas figuras eran de cartón pintado y su deterioro anual y los correspondientes arreglos para cada procesión, no le salían a cuenta a la hermandad leonesa.
Este paso tiene un peso de 1600 kg y es pujado por 92 hermanos sobre un trono diseñado en 1992 por el hermano Melchor Gutiérrez San Martín.
ECCE HOMO
Obra de escuela catalana adquirida para la Cofradía por Juan de Arizaga en 1905, sustituyó a otra escena del Balcón, como se conoce popularmente a este paso en las calles de León.
Nos muestra a Pilatos presentando al pueblo a su Rey, coronado de espinas y con manto de loco.
El trono, es obra del Hermano Melchor Gutiérrez San Martín, de impresionante factura fue concluido en 1998
LA VERÓNICA
La Verónica, el verdadero icono del rostro de Cristo, como nos ha llegado de la tradción, la mujer que con gran valentía se acercó al Salvador para enjuagarle su Divina Faz.
Obra del valenciano Francisco De Pablo en 1926, es una imagen exenta que se asienta sobre un trono de 18 cartolas de rostros humanos
(los doce apóstoles, Cristo muerto, la Virgen, María Magdalena, María Salomé y dos ángeles portando los atributos de la pasión) obra del palentino Melchor Gutiérrez. Tiene un peso de 1150 kg y es pujada por 84 hermanos.
EL EXPOLIO
La Cofradía de Jesús Nazareno en la segunda mitad del siglo XVII incrementó de un modo considerable lo que hoy día denominamos patrimonio artístico
. En 1674 se le encomienda a Francisco Díez de Tudanca el paso del Expolio, la imagen del Cirineo y el ahueque de la escultura titular.
El conjunto de cinco figuras quería representar el momento en que Cristo es Despojado de sus vestiduras, antes de ser clavado en la Cruz.
Del conjunto orignal de cinco figuras sólo se conserva la imagen de Cristo Nuestro Bien, exenta y con mucha humildad.
El sayón que barrenaba la cruz, el que despojaba a Cristo de la vestiduras, y los dos que se jugaban su túnica a los dados desaparecieron en el incendio del Convento de Santo Domingo, antigua sede canónica de la Cofradía.
A este paso también se le conoce popularmente como el torero, debido a que entre sus manos llevaba antiguamente un paño blanco, símbolo del expolio, y por la posición que adoptaba similaba a un torero citando a un toro.
Otra denominación con la cual ha sido conocido es la de El Silencio.
El trono fue diseñado por Melchor Gutiérrez San Martín, lo pujan 86 braceros y tiene un peso de 1100 kg.
LA EXALTACIÓN DE LA CRUZ
Representa el momento en que Cristo es Elevado en la Cruz, en presencia de un soldado romano que de ese modo certifica la condena a muerte en la cruz.
Dos sayones tiran de las sogas para izar la Cruz, mientras que un tercero "mete el hombro" para equilibrar el madero de tortura.
Este paso se estrenó en el año 2000, obra del hispalense José Antonio Navarro Arteaga, y es pujado por 96 hermanos. ççEl Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo (municipio muy próximo a la capital) ha donado las seis cartolas de bronce, obra también de Navarro Arteaga.
El peso de este paso es de 1200 kg, y el trono es obra del grupo de montaje, bajo la supervisión y diseño del Hno. Juan Carlos Campo Salas, jefe del grupo de montaje y Vice-Secretario de la Cofradía.
LA CRUCIFIXIÓN
Cristo vivo en la Cruz. Cruz de Esperanza, Cruz de martirio.
Agonía en la que aún tendrá fuerzas el Redentor para pronunciar siete frases, siete palabras de perdón a sus verdugos, de consuelo a su Madre, de Fe y Esperanza.
La Crucifixión, obra anónima de adquirida por la Cofradía en el año 1908, siendo Abad de la misma el Hno. Mariano Andrés Lescún, presenta a Cristo ya clavado en la Cruz pero aún vivo, dirigiendo una súplica al Padre, a la vez que contemplan la escena María, su Madre, San Juan, el apostol preferido y María Magdalena.
El trono está realizado en cuero repujado, labrado y policromado por Melchor Gutiérrez San Martín, así como los cuatro evangelistas que situados en las esquinas del mismo. El conjunto tiene un peso de 1275 kg y lo pujan 90 hermanos.
SANTO CRISTO DE LA AGONIA
La talla, realizada totalmente a golpe de gubia, en madera de abedul patinada, creación propia del leonés Laureano Villanueva Gutiérrez, vino a cubrir una carencia acusada, década tras década, en el seno de esta agrupación penitencial.
Se encargó a Laureano Villanueva su realización, la cual se llevó a cabo en su taller de Onzonilla.
El citado 14 de abril de 1973, D. Luis María de Larrea y Legarreta, entonces obispo de León, bendecía la nueva imagen. La presentación de ésta corrió a cargo de Miguel Martín-Granizo, miembro de la Junta de Seises y ex-abad de la Cofradída, quien justificó la concepción modernista de la talla - que mide 2,15 metros- con sentidas palabras.
Por otra parte, el propio imaginero describió a la obra de este modo: "Es un Cristo muerto, sin adornos alegóricos, por que yo he querido dar a la muerte de Jesús una actitud serena.
Quizá por esta simplificación y este realismo natural de la muerte, la figura es mucho más espiritual"
El trono es obra de Melchor Gutiérrez San Martín, realizado en madera.
SAN JUAN
Lo realizó Victor de los Rios en el año 1946, para sustituir al popular sanjuanín de los tirabuzones, que hasta entonces precedía a la Madre en el Viernes de la Cruz.
Por esta imagen, Victor de los Rios recibiría el premio nacional de Escultura de ese año.
El trono es obra de Melchor Gutiérrez San Martín, realizado en madera y destaca la composición y disposición en pergaminos, propios del Evangelista.
Esta imagen tiene un papel muy destacado en el Encuentro en la mañana del Viernes Santo, donde se "arrodillará" ante la Madre, con la mirada atenta de miles de leoneses que se agolpan en la Plaza Mayor.
Tiene un peso de 1650 kg y es pujado por 90 hermanos. Le precede su bandera con las letras SJ.
MADRE DOLOROSA
La talló Victor de los Rios cuando casi despuntaba la década de los cincuenta (1949), sustiyendo a la última de las Dolorosas que desde tiempos inmemoriales ha poseído la Cofradía.
Majestuosa siempre en su dolor, descubierta la Madre Dolorosa, cerrando el cortejo de la humillación, tornado en salvación, de su Hijo amado.
El palio, de cuero repujado, brocado y policromado, único en España que se utiliza para cubrir el dolor de una Virgen.
Hecho integrámente a mano, por Melchor Gutiérrez San Martín, en colobaración con su esposa Ana Renedo.
Fue obra y donación de la familia Gutierrez-Renedo en 1979.
El manto fue confeccionado por Saturnino Escudero y ampliado los bordados en 1993, año en que también se estrenó el vestido procesional y la mantilla cofeccionados en la escuela de bordados de Venta de Baños (Palencia) bajo el diseño y dirección del hermano Melchor Gutierrez San Martín.
El trono sobre el que se asienta, diseñado por el hermano Melchor, es también de cuero repujado y ágatas, completado con ángeles. Los varales y la diadema de la Dolorosa son obra del orfebre cordobés Roncero, estrenados en 1998. Son 86 braceros que llevan sobre sus hombros los 1325 kg del conjunto pasional.
http://www.hermandaddesantamarta.com/index.php?option=com_content&view=article&id=37&Itemid=35
ORACIÓN EN EL HUERTO
El conjunto escultórico de la Oración en el Huerto que actualmente abre la Procesión de los Pasos se estrenó en 1952, siendo Abad de la Cofradía el Hno.Carlos Arias Alonso.
La obra del imaginero cántabro Víctor de los Ríos fue portada entonces por 24 braceros, y como particularidad de ese año destacar que el trono era más ancho que largo, mostrando una disposición de figuras emparejadas, y no enfrentadas como procesionan en la actualidad.
Esta agonía en Getsemaní nos muestra a Cristo orando, con una mirada profunda y cansada, suplicante al Padre, a la vez que asume la responsabilidad deposita en Él.
Con la rodilla izquierda clavada en el suelo mientras estira el brazo hacia el olivo, donde un ángel le reconforta y ofrece el cáliz de la amargura.
Anteriormente habia otro paso
Tras la Guerra de la Independencia, y reorganizarse la Cofradía, aparecen las primeras referencias al paso de la Oración en el Huerto.
En 1815 se realiza un abono al Maestro Bernardo Pérez por la hechura del antiguo paso de la Oración, con un coste de 370 reales, aunque se trata de la primera referencia en los libros de cuentas de la Cofradía sobre este conjunto.
Esta antigua Oración, como la actual, estaba compuesta por las imágenes de Jesús y un ángel, siendo la imagen del Señor de las denominadas de bastidor, es decir, tenía tallados cabeza y manos, siendo el cuerpo de vestir, contando con camisa, túnica y cordón, así como una peluca de pelo natural que se solía rizar todas las Semanas Santas, mientras que el ángel era una talla de reducido tamaño.
El paso actual tiene un peso aproximado de 1050 kilogramos y es portado por 84 braceros.
Se asienta sobre un trono de metal labrado diseñado por Víctor de Ríos y ampliado y reformado en la década de los 90 por el grupo de montaje de la Cofradía.
Le precede la bandera con las siglas JHS.
EL PRENDIMIENTO
Este paso en obra del escultor leonés Angel Estrada Escanciano, y su estreno se realizó en 1964, siendo Abad de la Cofradía el Hno. Onésimo Gutiérrez Lobo.
El conjunto venía a sustituir al antiguo Beso de Judas, nombre con el que era conocido el paso que desde 1944.
Compuesto por cuatro figuras: Jesús y Judas, en acción éste último de besar a Cristo, con la bolsa de monedas en la mano izquierda, mientras dos romanos se mantienen expectantes para apresar al Mesías.
El conjunto se articula en dos bloques. En el primero de ellos, y sobre un pequeño montículo consta de las imágenes de Jesús, con un aspecto sereno mientras que en su mirada se plasma la tensión del pasaje evangélico, Judas El Iscariote se aproxima a Cristo para darle un beso, señal convenida para identificar al Rabí.
Pedro, enjuto de carnes y semblante desolado, dirige su mirada y señala a la cohorte, dispuesto a impedir el prendimiento del Mesías.
El segundo grupo que completa la escena está compuesto por dos soldados romanos con las espadas desenvainadas, que escoltan a un Sumo Sacerdote, que se dirigen a apresar a Jesús, bajo la indicación del citado representante del Sanedrín judío.
En la actualidad el paso tiene un peso aproximado de 1300 kilogramos y es pujado por 96 braceros.
El trono fue diseñado por Melchor Gutiérrez San Martín en el año 1985 y modificado por él mismo en el año 2001. Le precede su bandera con la sigla “S”.
LA FRAGELACIÓN
El Cristo atado a la Columna es la talla más antigua y una de las de mayor calidad que posee la Cofradía.
Atribuida al escultor romanista Gaspar de Becerra, en la segunda mitad del siglo XVI, entre 1558 y 1562, cuando dicho escultor estuvo trabajando en el retablo de la Catedral de Astorga.
Nos presenta la tipología de un Cristo de gran piedad, abrazado a una columna alta, tipología típica de ese periodo, estando la misma coronada por un gallo, como símbolo de las negaciones de Pedro.
La imagen es de tamaño algo menor del natural, y se desconoce como llegó a propiedad de la Cofradía y desde cuando forma parte de las procesiones organizadas por ésta. Cabría la posibilidad de que ésta llegara mediante algún tipo de donación, o bien, hubiera sido comprada al propio Convento de Santo Domingo, donde tenía capilla propia la Cofradía, o a algún otro monasterio o parroquia tras la desamortización de Sánchez Mendizábal.
Lo que si consta en los exiguos archivos de la Cofradía y los libros de cuentas que han llegado hasta nosotros, es que en el siglo XVIII ya figuraba entre los pasos que procesionaba la hermandad, siendo denominado en algunos documentos antiguos como el Sr. a la Coluniya.
Hasta 1943 no hacen aparición los sayones que completan el conjunto, cuando el Abad, Hno. Gonzalo de Paz del Río, informa que un viaje a Barcelona ha visitado a un “artista especialista en imágenes” y ha contratado los dos sayones que azotan a Cristo y el soldado romano que ambientan la escena, y cuyo coste fue de 10.000 pesetas, siendo su estreno en el año de 1944.
También en ese año se adopta la denominación actual del paso, pasando a llamarse La Flagelación, aunque también es conocido como el Gallo, por el ave que figura en el capitel de la columna.
Tras diversas restauraciones, más o menos afortunadas, se ha realizado una profunda limpieza de la talla en el año 2008, a cargo de la Dirección General de Patrimonio Cultural perteneciente a la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, eliminando distintos repintes y recuperando, en la mayor medida posible, su color original, tal y como la concibió el autor.
En la actualidad el paso tiene un peso aproximado de 1300 kilogramos y es pujado por 96 braceros. El trono fue diseñado por Melchor Gutiérrez San Martín en el año 1985 y modificado por él mismo en el año 2001.
Le precede su bandera con la sigla “S”.
CORONACIÓN DE ESPINA
Obra del escultor zamorano Higino Vázquez, en 1977.
En este conjunto se nos representa el momento en que Cristo es coronado como Rey, entre la burla y el escarnio de la soldadesca romana que presencia dicho acto.
Lo anecdótico de este paso es que el propio autor del mismo se autorretrató en la efigie el burlón borrachín que nos muestra a Cristo Rey.
Fue en la procesión de los Pasos de 1977 cuando la cofradía de Jesús Nazareno estrenó el nuevo paso de la Coronación de Espinas, una obra excelente entregada por el escultor zamorano Higinio Vázquez García.
El misterio sustituyó a un conjunto anterior de tres imágenes, adquirido en 1908 a los talleres de Arte Cristiano de Olot, que a su vez vino a suplir, la única figura que quedó del paso de la Coronación, encargado a imitación del que tenía la cofradía de la Vera Cruz de Valladolid, y contratado por la cofradía en 1675 al escultor Francisco Díez de Tudanca, en sustitución, a su vez, de otro conjunto que tenía la cofradía de Jesús Nazareno, cuyas figuras eran de cartón pintado y su deterioro anual y los correspondientes arreglos para cada procesión, no le salían a cuenta a la hermandad leonesa.
Este paso tiene un peso de 1600 kg y es pujado por 92 hermanos sobre un trono diseñado en 1992 por el hermano Melchor Gutiérrez San Martín.
ECCE HOMO
Obra de escuela catalana adquirida para la Cofradía por Juan de Arizaga en 1905, sustituyó a otra escena del Balcón, como se conoce popularmente a este paso en las calles de León.
Nos muestra a Pilatos presentando al pueblo a su Rey, coronado de espinas y con manto de loco.
El trono, es obra del Hermano Melchor Gutiérrez San Martín, de impresionante factura fue concluido en 1998
LA VERÓNICA
La Verónica, el verdadero icono del rostro de Cristo, como nos ha llegado de la tradción, la mujer que con gran valentía se acercó al Salvador para enjuagarle su Divina Faz.
Obra del valenciano Francisco De Pablo en 1926, es una imagen exenta que se asienta sobre un trono de 18 cartolas de rostros humanos
(los doce apóstoles, Cristo muerto, la Virgen, María Magdalena, María Salomé y dos ángeles portando los atributos de la pasión) obra del palentino Melchor Gutiérrez. Tiene un peso de 1150 kg y es pujada por 84 hermanos.
EL EXPOLIO
La Cofradía de Jesús Nazareno en la segunda mitad del siglo XVII incrementó de un modo considerable lo que hoy día denominamos patrimonio artístico
. En 1674 se le encomienda a Francisco Díez de Tudanca el paso del Expolio, la imagen del Cirineo y el ahueque de la escultura titular.
El conjunto de cinco figuras quería representar el momento en que Cristo es Despojado de sus vestiduras, antes de ser clavado en la Cruz.
Del conjunto orignal de cinco figuras sólo se conserva la imagen de Cristo Nuestro Bien, exenta y con mucha humildad.
El sayón que barrenaba la cruz, el que despojaba a Cristo de la vestiduras, y los dos que se jugaban su túnica a los dados desaparecieron en el incendio del Convento de Santo Domingo, antigua sede canónica de la Cofradía.
A este paso también se le conoce popularmente como el torero, debido a que entre sus manos llevaba antiguamente un paño blanco, símbolo del expolio, y por la posición que adoptaba similaba a un torero citando a un toro.
Otra denominación con la cual ha sido conocido es la de El Silencio.
El trono fue diseñado por Melchor Gutiérrez San Martín, lo pujan 86 braceros y tiene un peso de 1100 kg.
LA EXALTACIÓN DE LA CRUZ
Representa el momento en que Cristo es Elevado en la Cruz, en presencia de un soldado romano que de ese modo certifica la condena a muerte en la cruz.
Dos sayones tiran de las sogas para izar la Cruz, mientras que un tercero "mete el hombro" para equilibrar el madero de tortura.
Este paso se estrenó en el año 2000, obra del hispalense José Antonio Navarro Arteaga, y es pujado por 96 hermanos. ççEl Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo (municipio muy próximo a la capital) ha donado las seis cartolas de bronce, obra también de Navarro Arteaga.
El peso de este paso es de 1200 kg, y el trono es obra del grupo de montaje, bajo la supervisión y diseño del Hno. Juan Carlos Campo Salas, jefe del grupo de montaje y Vice-Secretario de la Cofradía.
LA CRUCIFIXIÓN
Cristo vivo en la Cruz. Cruz de Esperanza, Cruz de martirio.
Agonía en la que aún tendrá fuerzas el Redentor para pronunciar siete frases, siete palabras de perdón a sus verdugos, de consuelo a su Madre, de Fe y Esperanza.
La Crucifixión, obra anónima de adquirida por la Cofradía en el año 1908, siendo Abad de la misma el Hno. Mariano Andrés Lescún, presenta a Cristo ya clavado en la Cruz pero aún vivo, dirigiendo una súplica al Padre, a la vez que contemplan la escena María, su Madre, San Juan, el apostol preferido y María Magdalena.
El trono está realizado en cuero repujado, labrado y policromado por Melchor Gutiérrez San Martín, así como los cuatro evangelistas que situados en las esquinas del mismo. El conjunto tiene un peso de 1275 kg y lo pujan 90 hermanos.
SANTO CRISTO DE LA AGONIA
La talla, realizada totalmente a golpe de gubia, en madera de abedul patinada, creación propia del leonés Laureano Villanueva Gutiérrez, vino a cubrir una carencia acusada, década tras década, en el seno de esta agrupación penitencial.
Se encargó a Laureano Villanueva su realización, la cual se llevó a cabo en su taller de Onzonilla.
El citado 14 de abril de 1973, D. Luis María de Larrea y Legarreta, entonces obispo de León, bendecía la nueva imagen. La presentación de ésta corrió a cargo de Miguel Martín-Granizo, miembro de la Junta de Seises y ex-abad de la Cofradída, quien justificó la concepción modernista de la talla - que mide 2,15 metros- con sentidas palabras.
Por otra parte, el propio imaginero describió a la obra de este modo: "Es un Cristo muerto, sin adornos alegóricos, por que yo he querido dar a la muerte de Jesús una actitud serena.
Quizá por esta simplificación y este realismo natural de la muerte, la figura es mucho más espiritual"
El trono es obra de Melchor Gutiérrez San Martín, realizado en madera.
SAN JUAN
Lo realizó Victor de los Rios en el año 1946, para sustituir al popular sanjuanín de los tirabuzones, que hasta entonces precedía a la Madre en el Viernes de la Cruz.
Por esta imagen, Victor de los Rios recibiría el premio nacional de Escultura de ese año.
El trono es obra de Melchor Gutiérrez San Martín, realizado en madera y destaca la composición y disposición en pergaminos, propios del Evangelista.
Esta imagen tiene un papel muy destacado en el Encuentro en la mañana del Viernes Santo, donde se "arrodillará" ante la Madre, con la mirada atenta de miles de leoneses que se agolpan en la Plaza Mayor.
Tiene un peso de 1650 kg y es pujado por 90 hermanos. Le precede su bandera con las letras SJ.
MADRE DOLOROSA
La talló Victor de los Rios cuando casi despuntaba la década de los cincuenta (1949), sustiyendo a la última de las Dolorosas que desde tiempos inmemoriales ha poseído la Cofradía.
Majestuosa siempre en su dolor, descubierta la Madre Dolorosa, cerrando el cortejo de la humillación, tornado en salvación, de su Hijo amado.
El palio, de cuero repujado, brocado y policromado, único en España que se utiliza para cubrir el dolor de una Virgen.
Hecho integrámente a mano, por Melchor Gutiérrez San Martín, en colobaración con su esposa Ana Renedo.
Fue obra y donación de la familia Gutierrez-Renedo en 1979.
El manto fue confeccionado por Saturnino Escudero y ampliado los bordados en 1993, año en que también se estrenó el vestido procesional y la mantilla cofeccionados en la escuela de bordados de Venta de Baños (Palencia) bajo el diseño y dirección del hermano Melchor Gutierrez San Martín.
El trono sobre el que se asienta, diseñado por el hermano Melchor, es también de cuero repujado y ágatas, completado con ángeles. Los varales y la diadema de la Dolorosa son obra del orfebre cordobés Roncero, estrenados en 1998. Son 86 braceros que llevan sobre sus hombros los 1325 kg del conjunto pasional.
http://www.hermandaddesantamarta.com/index.php?option=com_content&view=article&id=37&Itemid=35